Toda la vida por delante
A. SOTILLO
Le gustaba contar que su etapa en Europa había sido “apasionante”, pero que estaba deseando volver a la política española. Tenía unas ganas inmensas de seguir trabajando. Y cuanto más duro parecía el destino que se le encomendara, más encantada estaba. Le habría gustado pelear por la libertad en el País Vasco. Y lo hubiera hecho con la entrega que ponía en las nobles causas por las que creía que valía la pena vivir. Pero a quienes la conocieron no les cabe duda que habría sido más alto el lugar que la muerte le ha arrebatado. Su inclinación por buscar el lado más práctico de la política y su experiencia europea habrían hecho de ella una magnífica vicepresidenta económica. Rodrigo Rato lo confirmaría. Y habría seguido siendo una magnífica diplomática, con capacidad de diálogo, don de gentes y flexibilidad. Podría haber sido lo que se propusiese. Porque tenía ese don de convertir en una gran misión el más sencillo cargo que se le encomendase.
Suplemento D7. ABC 31.12.06.-