La repentina muerte de la ex ministra y ex comisaria europea de Transportes causó un hondo pesar en esta parroquia de Caldas que visitó oficialmente en dos ocasiones
En Arcos da Condesa todavía recuerdan la última visita oficial que
En esa jornada volvió a entrar en el taller de los Hermanos Ocampo, un lugar mágico que le había dejado una huella imborrable en su anterior visita, que tuvo lugar el 24 de abril de 1999. Entonces, asistió a la fundición de una de las cuatro campanas para la catedral de
Loyola de Palacio falleció el miércoles por la noche en un hospital de Madrid. A sus 56 años, no pudo superar la batalla que desde hace cinco meses libraba contra el cáncer. Su muerte causó sorpresa y tristeza en Arcos, donde ya se preparan varios actos en su memoria. Según trascendió ayer, la entidad colocará un crespón negro en la plaza de Badoucos y organizará una misa.
El presidente de la entidad, Francisco Rivas, recordó a esta mujer que en Arcos «tenía su casa». «A ella le unía un gran cariño con Galicia y con Arcos. Era una mujer sencilla y trabajadora. Aquí oficialmente estuvo en dos ocasiones, aunque tenía amistades y no sé si vino más veces». La noticia de su fallecimiento también entristeció al campanero Enrique López, al que
La Voz de Galicia (15-12-2006)