27 abril 2008

Una de las fotos favoritas

Loyola, Ana y la pequeña Urquiola, falta Iziar para completar el cuarteto de hermanas.
Esta foto es un regalo de FEMUR, asociación que publicó un libro dedicado a Loyola de Palacio en el que han recogido todas las fotos que tenían.

26 abril 2008

Conferencia homenaje a Loyola de Palacio


[PDF]

La Comisión rinde homenaje a Loyola de Palacio en una conferencia ...

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1 Oct 2007 ... Europa. «En un momento en que la energía ocupa un lugar prioritario en la. agenda europea y mundial, el enorme y ambicioso trabajo de Loyola
...

23 abril 2008

Artículo de Isabel Durán sobre Loyola


Libertad Digital - Isabel Durán - Loyola de Palacio

Loyola de Palacio. Tiene una afición al trabajo y tal vocación por la eficacia que no ... La que fue vicepresidenta de Europa hasta hace un par de años se ...

22 abril 2008

Archivo:Artículo de Loyola de Palacio sobre la Unión Europea


TRIBUNA LIBRE -El Mundo
Jueves, 11 de mayo de 2000

LOYOLA DE PALACIO

Medio siglo de Europa


El proceso de construcción europea tiene legítimo derecho a conmemorar su medio siglo de existencia con una doble alegría. En primer lugar, porque la semilla plantada el 9 de mayo de 1950 por Robert Schuman se ha convertido en árbol frondoso, a cuya sombra ha crecido una nueva Europa en paz y en prosperidad. Pero en segundo lugar, resulta necesario añadir que el proceso europeo debe afrontar los confines entre el siglo XX y el XXI con la ampliación de sus actuales fronteras, para pasar de los 15 miembros actuales a los 27, sin olvidar los ocho previsibles nuevos candidatos que también desean integrarse en el gran recinto que proféticamente anunció Robert Schuman hace ahora 50 años, cuando propuso el nacimiento de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero entre Francia y Alemania.

En aquellos momentos, Robert Schuman no cumplía un acontecimiento rutinario de los usos diplomáticos vigentes hasta entonces, porque su propuesta saltaba la barrera infranqueable de los acuerdos bilaterales entre naciones -donde nadie renunciaba a determinados abandonos de soberanía- para implantar una institución superior capaz de regular las dos industrias francoalemanas de armamentos. Esta nacía con vocación de «realizar las primeras bases concretas de una Federación Europea indispensable para la preservación de la paz».

Se obtenía una cláusula de paz, en primer lugar, cuando todavía el rescoldo de la II Guerra Mundial alumbraba bajo las ruinas de las ciudades destruidas seis años antes, pero además, se proponían, por encima de las fronteras, acuerdos plurinacionales, aceptados por los representantes parlamentarios de todos los países, dispuestos a delegar parcelas de su propia soberanía en una organización común, con atribuciones para lanzar directivas que debían ser aprobadas por las naciones participantes en el conjunto.

Desde entonces, Europa ha crecido como identidad superior gracias a la buena voluntad de los estados que firmaron los Tratados de Roma, de Maastricht y de Amsterdam, además del Acta Unica, etapas todas ellas convergentes, para asociarse en una figura sin precedentes dentro del Derecho político, a la que hoy todavía no se le ha encontrado etiqueta jurídica de entendimiento universal. La anterior Conferencia Intergubernamental, con gran modestia, habló de una Europa sui generis y, todavía esperamos los europeos que esta formidable masa de recursos y culturas llamada Europa encuentre en el diccionario político su propia autodefinición.

El original camino abierto en la Declaración del 9 de mayo de 1950 encierra un método de trabajo, que posiblemente sea su más precioso legado, y que debemos recordar cuando Europa se encuentra en un momento crítico ante el fenomenal acontecimiento de la gran ampliación pendiente.

Hace 50 años Robert Schuman decía lo siguiente: «Europa no se realizará de golpe, ni tampoco como una construcción conjunta. Europa se hará por realizaciones concretas, destinadas en primer lugar a una solidaridad de hecho». Era la táctica del paso a paso, la que nos enseñó Robert Schuman para sostener de manera simultánea el crecimiento de la solidaridad y, a la vez, frenar las imprudencias que algunos impacientes, tan llenos de buena voluntad como de escaso sentido, pretendían cambiar con tácticas de aceleración.

Es seguro que la Unión Europea tendrá que reformar las reglas que han servido para reagrupar los seis países del Tratado de Roma en los 15 actuales, y ahora debe afrontar de nuevo las tres grandes cuestiones, llamadas con razón «los residuos de Amsterdam», para poder encajar en el marco institucional a los nuevos países, todavía hoy candidatos, pero destinados a terminar con un sillón en el Consejo de Ministros de la Unión Europea.

Sobre esta cuestión no caben ambigüedades ni trapisondas, porque todos ellos tienen la voluntad de unirse a sus hermanos que se libraron del dominio soviético y han alcanzado una espléndida prosperidad.

Puesto que todos estamos de acuerdo en abrir la actual Unión Europea a nuevos miembros, me parece indispensable recordar, cuando se cumplen 50 años de la Declaración de Robert Schuman, que la construcción europea debe realizarse con prudencia, con un cuidadoso ritmo de la marcha paso a paso, porque haríamos un flaco favor a los nuevos miembros adheridos, por un lado, y a la total organización del actual Grupo de los Quince, si impusiéramos la precipitación en los procesos de adhesión.

La Europa al borde del siglo XXI no es la Europa de la posguerra mundial y, por lo tanto, nuestros problemas futuros son diferentes a los que Robert Schuman soportó cuando hizo su propuesta hace 50 años.

Es cierto que las diferencias políticas son enormes entre 1950 y el año 2000 y que ahora serán más fáciles ciertas cosas que entonces eran terribles, ya que en nuestro tiempo no son los problemas de la paz y de la guerra entre sus países miembros los que tratará de remediar la Unión Europea del siglo XXI, sino el ajuste leal entre los Quince y las conversaciones con la larga lista de aspirantes a ser socios del club.

Es otro orden de dificultades el que nos aguarda... a partir del 2002, pero personalmente no creo que sean insuperables, ni que puedan desembocar en el fracaso. Cuando Robert Schuman hizo su propuesta de unión entre las industrias del carbón y del acero de Francia y Alemania fue calificado por determinados políticos franceses como el conductor de un «complot legal». Medio siglo más tarde los que acusaban a Schuman sólo podrían pedir perdón por tanta ceguera y tanto odio.

A nuestra generación le queda protagonizar la segunda parte del proceso y, esperamos haber aprendido las lecciones de Robert Schuman. Europa sabe que puede hacerlo a la sombra de unas banderas que pregonan como lema europeo la «unidad en la diversidad». Así queremos ser, unidos y diversos.

Loyola de Palacio - vicepresidenta de la Comisión Europea.

19 abril 2008

Archivo:Loyola de Palacio. Ministra de Agricultura


El viernes tres de mayo de 1996, al jurar su cargo de ministra de Agricultura, Pesca y Alimentación ante el Rey Don Juan Carlos y el presidente del Gobierno, José María Aznar, Loyola de Palacio se convirtió en la primera mujer en España al frente de este Departamento.

Como hoy reconocen la mayor parte de los funcionarios que estuvieron a sus órdenes, durante los tres años que permaneció al frente del Ministerio de Agricultura, revolucionó la forma de trabajar, intensa y sin descanso, y las propias estructuras del sector agrario español. Al cabo, nunca jamás ha estado nadie al frente de este Departamento con tanto "peso político" dentro del Gobierno, y consecuentemente del Consejo de Ministros, como Loyola de Palacio. Y nadie, salvo quizá Jaime Lamo de Espinosa, en mi opinión, tuvo como Loyola tal empuje, coraje y dedicación absoluta al sector agrario de nuestro país. Fue su decisión desde el principio y así nos lo transmitía a los hombres y mujeres de su equipo: "Vamos a poner este Ministerio de moda". ¡Y vaya si lo hizo!

Loyola quería, y así lo declaraba desde las primeras entrevistas de los medios de comunicación al llegar a su despacho, que el mundo rural alcanzara un protagonismo destacado dentro del conjunto de la sociedad española, en consonancia con lo que dicho mundo representa en nuestra economía, cultura y tradiciones. Una de sus frases predilectas, que repetía a menudo en las reuniones de trabajo que todos los lunes mantenía con su equipo directivo, definía perfectamente cuál iba ser la estrategia para conseguir su objetivo: «la única batalla que no se gana, es la que no se da».

Yo fui testigo, a lo largo de los dos años que estuve al frente de su Gabinete, de las numerosas reuniones en Bruselas en las que, después de conseguir a altas horas de la madrugada prácticamente todo lo que se había propuesto en defensa de los agricultores y ganaderos españoles, todavía seguía negociando, aprovechando el cansancio de sus oponentes, para conseguir el añadido de unos pocos euros, unas hectáreas añadidas o un número de cabezas de ganado más con derecho a subvenciones comunitarias.

Y hay que reconocer que Loyola de Palacio logró su objetivo, y lo hizo ya a los pocos meses de su llegada al Ministerio de Agricultura. Recuerdo la movilización que logró, de toda la sociedad española, fuerzas políticas incluidas, en defensa de nuestro aceite de oliva, frente a las propuestas de Bruselas; y sus "enfrentamientos", en defensa de nuestro sector agrario, con el comisario de Agricultura de la UE, Franz Fischler.

De la "batalla por el aceite" recuerdo que Loyola se trajo a los ministros europeos de Agricultura y a todos los embajadores de la Unión Europea, y los paseó por Córdoba, Jaén y Granada, sumergiéndolos en el "mar de olivos", haciéndoles disfrutar los desayunos molineros y vivir la realidad de unas gentes que veían amenazado su medio de vida con la reforma pretendida por la Comisión Europea. El seguimiento que los medios de comunicación hicieron de los esfuerzos de aquella Ministra tenaz, luchadora e inasequible al desaliento, la concienciación de la sociedad española sobre el aceite de oliva supuso una promoción, a nivel nacional e internacional, para nuestro oro líquido, que no habría dinero en el mundo para pagar a precio de publicidad.

Gracias al trabajo, dedicación y espíritu de lucha que tuvo durante los tres años (de mayo de 1996 a mayo de 1999) que estuvo al frente del sector agrario español, y de la colaboración entusiasta de los funcionarios que trabajaron con ella, se consiguieron ver realizadas la mayor parte de las reivindicaciones del sector agrario español, como se puede comprobar, entre otros muchos, con los datos siguientes:

- La ayuda comunitaria directa a la renta de nuestros agricultores y ganaderos en 1999 ascendió a 5.470 millones de euros, un 40% mas que en 1996.

- La ayuda comunitaria a la modernización de las estructuras agrarias y pesqueras, a las industrias agroalimentarias y a la política de desarrollo rural alcanzó 1.115 millones de euros, el 68% mas que en 1996.

- Como consecuencia de la buena negociación del paquete agrario de la Agenda 2000, se obtuvo otros 600 millones de euros adicionales anuales.

- En seguros agrarios de 1996 a 1999, se incrementaron los capitales asegurados en el 57% y las subvenciones destinadas a las pólizas contratadas, en el 51% (141 millones de euros en 1999 frente a 93 millones en 1996).

- En las producciones agrarias destacan:

a) En aceite de oliva se incrementó la Cantidad Nacional Garantizada en el 21,5%, llegando a 760.000 toneladas.

b) Se consiguen por primera vez subvenciones para la aceituna de mesa.

c) Los derechos de plantación del viñedo aumentaron en 17.355 ha.

d) Se corrigió al alza el rendimiento histórico medio de los cultivos herbáceos (de 2,64t/ha 2,90t/ha, lo que supuso un incremento de 2.346.000 toneladas).

e) Incremento en el nivel de las ayudas al sector del plátano en el 8%.

f) Ampliación de 603.674 a 713.999 las cabezas de terneros con derecho a prima comunitaria.

g) Incremento de la prima anual por vaca nodriza desde 145 euros por cabeza a 330 euros.

h) Establecimiento de una nueva prima al sacrificio de bovinos machos, vacas y novillas.

i) Incremento de 550.000 toneladas (10%) en la cuota Láctea asignada a España por la Unión Europea, corrigiéndose con ello la pésima situación existente desde 1986.

Pero más allá de la frialdad de los datos, lo que Loyola de Palacio significó para el sector agrario español lo definen algunos hechos que, de no recordarlos, parecerían meras anécdotas. Como su intervención para conseguir que ni un solo camión español cargado con frutas y hortalizas volviera a ser atacado en las carreteras francesas. Negoció insistentemente con las autoridades comunitarias y francesas, para que tomaran cartas en el asunto; convenció a los afectados en el único ataque que se produjo durante su estancia en el Ministerio, para que renunciaran a las indemnizaciones que voluntariamente pagaban las organizaciones francesas, al objeto de que pudieran reclamar judicialmente ante la justicia del país vecino (se consiguió que juzgaran y condenaran a los culpables en dicho ataque).

O como su gestión para que, en la reforma de la PAC, España fuera uno de los pocos beneficiarios netos. O la sucesiva consecución de mayores cotas de cuóta láctea, que cada año, tras una negociación fratricida del Gobierno anterior, suponía cientos de millones de pesetas de multa. O los éxitos que, a finales de diciembre, siempre de madrugada, daban oxígeno a nuestra flota pesquera, en las negociaciones de TAC’s y cuotas.

Loyola se fue demasiado pronto de todo: del Ministerio, de la Comisión Europea, de los puestos de responsabilidad directa en el PP; pero, sobre todo de la vida. Me quedo con lo que dicen, todavía hoy, muchos agricultores y ganaderos españoles, que dan las gracias a Loyola por lo que hizo por nuestro sector agrario, ganadero, pesquero y alimentario durante los tres años que estuvo al frente del Ministerio.

Y lo ilustro con una anécdota: fue a visitar, tras la batalla por el aceite de oliva, un pueblo extremeño, Villarrubio de la Serena; el alcalde, socialista, se volcó por supuesto con ella. Pero hizo más: dio fiesta en la escuela para que los niños pudieran salir a conocerla y saludarla. Loyola disfrutó como lo hacía siempre que pisaba cualquier pueblo de la geografía española, un medio rural que acabó convirtiéndose, más allá de las mullidas alfombras de los despachos oficiales, en su medio natural. Un entorno en el que hoy ya nos falta.



Francisco José Simón Vila. Ingeniero Agrónomo. Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales.

18 abril 2008

Si Loyola de Palacio hubiese sido de izquierdas, el feminismo le habría erigido monumentos en vida


entre otras cosas fue, como vicepresidenta de la Comisión, la mujer española que más alto ha llegado en Europa. Como era del PP, admiraba a Fraga, fue ministra nombrada por Aznar y creía en España, le colocaron remoquetes zumbones y sambenitos injustos que sin embargo la hicieron más grande en la sociedad española de derechas e izquierdas.


Ignacio Camacho
Periodista
ABC
15 de diciembre de 2006

17 abril 2008

Archivo: Entrevista a Loyola -archivo de audio-


Enlace a entrevista en la radio COPE año 2006. Escuchará una voz fuerte, agradable, optimista, vital y profundamente responsable con una manera de hablar cercana a todos.

-enlace aquí-

16 abril 2008

Archivo:La seguridad marítima: un imperativo para Europa


Loyola de Palacio Vicepresidenta de la Comisión Europea, encargada de Transportes y Energía
La seguridad marítima: un imperativo para Europa
Comisión temporal del Parlamento Europeo sobre el refuerzo de la seguridad marítima (Comisión MARE)
Bruselas, 22 de enero de 2004
Discurso parlamentario.

Se han cumplido 4 años desde el accidente del ERIKA, cuatro años durante los cuales me he consagrado a trabajar por un refuerzo drástico de la seguridad marítima en Europa. Durante estos cuatro años, he podido apreciar el apoyo del Parlamento para defender y mejorar las propuestas de la Comisión.

Gracias a este compromiso común, el balance de estos cuatro años es un éxito innegable: además de haberse adoptado una serie de medidas eficaces, Europa ha mostrado ante los ojos del ciudadano europeo el nivel de intervención política adecuada para hacer evolucionar las cosas, y se ha impuesto a escala internacional como un interlocutor ineludible.

Al principio, esto no fue fácil: las propuestas que presentábamos se enfrentaban con una enorme reticencia de los Estados miembros y de otras partes interesadas. ¡De hecho, algunos estaban convencidos de que la mejor política de seguridad marítima a escala comunitaria hubiera sido no tener ningún tipo de política! Quiero recordarles que tras una serie de accidentes producidos en el pasado, no hubo ninguna respuesta fuerte Europea. Las cosas han cambiado desde que esta Comisión tomó las riendas en este ámbito.

Una vez olvidada la presión de la opinión pública, existe una manifiesta falta de diligencia de los Estados miembros a la hora de aplicar las medidas adoptadas. Desde la entrada en vigor de las nuevas disposiciones en materia de control por el Estado del puerto y de las sociedades de clasificación, la Comisión ha debido incoar más de 10 procedimientos de infracción por la falta de comunicación de las legislaciones nacionales de transposición. Estoy firmemente decidida a garantizar que la legislación adoptada se aplique de forma correcta y eficaz: se lo debo a los ciudadanos europeos que nos han dado muestras de una confianza casi absoluta en este ámbito.

Quisiera ahora hacer algunos comentarios sobre los logros de la Unión durante los últimos cuatro años.

En primer lugar, en el ámbito legislativo, el Parlamento Europeo y el Consejo han adoptado durante este período cerca de una veintena de Reglamentos, Directivas o Decisiones(1), a los cuales cabe añadir 7 textos legislativos adoptados por la Comisión.

No voy a ofrecer una enumeración aburrida. Estos textos los adoptaron ustedes y, por lo tanto, los conocen. Por el contrario, puesto que esto corresponde al mandato de su comisión, quisiera poner algunos ejemplos para mostrarles de qué manera concreta la legislación adoptada desde el accidente del ERIKA ha aportado un verdadero valor añadido a la seguridad marítima y una mayor protección de los ciudadanos europeos.

En primer lugar, se han reforzado considerablemente los controles de los buques en los puertos europeos. En el futuro, más de 4.000 buques de riesgo serán objeto de inspecciones anuales reforzadas en vez de los 700 actuales, y los Estados miembros deberán reforzar sus equipos de inspectores a tal efecto.

Además, los buques que no se ajustan a las normas reincidentes serán fulminantemente rechazados de los puertos europeos. La Comisión, sin esperar a la entrada en vigor de las nuevas disposiciones, hizo pública una «lista negra» orientativa antes de publicar, esta vez oficialmente, en noviembre de 2003, la primera lista negra de los 10 buques rechazados de los puertos de la Unión.

Otro resultado tangible: desde el pasado 21 de octubre, han dejado de admitirse en los puertos europeos los petroleros de casco único que transportan fuel pesado, o dicho de otra manera en el futuro el fuel pesado sólo se transportará a bordo de petroleros de doble casco, lo que reducirá considerablemente el riesgo de accidentes similares al del ERIKA y el PRESTIGE.

Tercer ejemplo: la seguridad del tráfico marítimo. En menos de quince días, entrará en vigor la Directiva sobre el seguimiento del tráfico que dotará a la UE de un marco jurídico claro que permitirá a las autoridades correspondientes impedir a los buques que abandonen un puerto en caso de tormenta excepcional, o acogerlos en un lugar de refugio si se encuentran en dificultades.

Sin esperar a la entrada en vigor de esta Directiva, los servicios de la Comisión han trabajado en su aplicación. Sobre la cuestión de los lugares de refugio, la Comisión organizó reuniones con los Estados miembros y una campaña de evaluación que permitió mantener la presión sobre los Estados miembros. Espero en lo sucesivo que los Estados miembros elaboren un inventario preciso de los puertos y lugares de refugio potenciales en su litoral y que definan de una forma muy precisa las estructuras operativas y las cadenas de decisión.

Sólo me queda esperar que los Estados miembros se comprometerán con tanta voluntad como la Comisión en la aplicación de la Directiva.

Cuarto ejemplo: la indemnización de los daños causados por la contaminación. Los accidentes del ERIKA y del PRESTIGE pusieron de manifiesto la insuficiencia del marco jurídico internacional de reparación de los daños causados por las contaminaciones: se compensa mal y con retraso a las víctimas de las mareas negras. Para poner remedio a esta situación, la Comisión propuso la creación de un fondo de indemnización europeo que preveía una indemnización de hasta mil millones de euros. Gracias a la buena coordinación de la posición de los Estados miembros en la Conferencia Internacional de 2003, que aprobó un Protocolo al Convenio FIPOL de 1992, las modificaciones propuestas inicialmente por la Comisión han sido recogidas en un Protocolo al Convenio FIPOL, y serán aplicables en lo sucesivo a escala mundial. En cualquier caso, ahora sería importante que el Parlamento hiciera uso de su peso, en particular ante los parlamentos nacionales, para que los Estados miembros completen cuanto antes el proceso de ratificación del Protocolo.

También conviene destacar que, por lo que se refiere al «factor humano», que como ustedes saben es la causa de la mayor parte de los accidentes marítimos, acaban de producirse importantes avances: los Estados miembros han aceptado transferir a la Comunidad todas sus responsabilidades en materia de evaluación de las competencias de los centros de formación de los marineros de los terceros países.

Finalmente, como último ejemplo, la creación de la Agencia europea de seguridad marítima. La Comisión se felicita de que el Consejo Europeo haya zanjado por fin la cuestión de la sede de la Agencia, pero la Comisión no ha esperado dicha decisión para acelerar su creación y confiarle tareas operativas.

Por este motivo, cuando el pasado 3 de diciembre el Geroi Sevastopolya, un petrolero de casco único comenzó a cargar fuel pesado en el puerto de Ventspils, en Letonia, la Comisión envió inmediatamente sobre el terreno a un equipo de expertos de la Agencia con el fin de colaborar con los inspectores letones en la inspección del buque. Es en este tipo de operaciones en el que la Agencia tendrá que demostrar su valor añadido.

Por otra parte, en lo que atañe a la evaluación de las sociedades de clasificación, la Agencia tendrá en lo sucesivo la tarea de ayudar a la Comisión a realizar las auditorías e inspecciones necesarias, lo que constituye un avance importante con relación al pasado.

Existe también un segundo acervo importante: Europa por fin ha mostrado su capacidad para influir a fondo en la elaboración y aprobación de las normas internacionales en materia de seguridad marítima en la OMI.

Esta etapa es fundamental. Muy especialmente en el ámbito del transporte marítimo, Europa evoluciona en un marco internacional fuertemente liberalizado.

La aprobación de un protocolo al Convenio FIPOL y la modificación del convenio MARPOL para integrar en el mismo un calendario acelerado de eliminación de los cascos únicos son los dos ejemplos más espectaculares. Pero más allá de estos éxitos, existe un trabajo diario y constante de la Comisión para hacer de la Unión Europea una verdadera fuerza para presentar propuestas en la OMI.

La UE debe ser el motor del trabajo realizado por la OMI. Me gustaría hacer un llamamiento en aras del refuerzo de la cooperación entre la UE y la OMI.

Y para concretar esta presencia reforzada, es importante que la UE se convierta en miembro de pleno derecho de la OMI. Pero este proceso corre el riesgo de alargarse en el tiempo, y mientras tanto, ya he discutido con el Secretario General de la OMI los medios para reforzar nuestra colaboración en los puntos que nos parecen más cruciales, y, en particular, una estricta aplicación de las obligaciones de los Estados del pabellón, una mayor protección de los Estados costeros contra los riesgos de contaminación y un planteamiento proactivo de la seguridad de los buques de pasajeros.

También debo hacer referencia al impacto de la ampliación: el 1 de mayo de 2004, la flota comunitaria pasará a representar cerca del 23% del tonelaje mundial, en particular gracias a Chipre y Malta. La integración del acervo comunitario por estos nuevos Estados miembros con fuertes tradiciones marítimas también tendrá un efecto positivo en la mejora general de la calidad de la flota mundial. En este contexto, la Comisión se mostró especialmente vigilante en las negociaciones de adhesión para que los futuros miembros de la Unión respeten plenamente las normas internacionales y comunitarias de seguridad marítima. En sus informes globales de seguimiento, la Comisión ha constatado, fundamentalmente, que Malta y Chipre habían realizado muchos avances aunque aún les queda bastante camino por recorrer. La Comisión se entrevistará próximamente con las autoridades de estos dos países para asegurarse de que existe una verdadera mejora de la situación.

Por último, quisiera terminar mi intervención con una nota más prospectiva que afecta al trabajo que me queda que nos queda por realizar, y el que incumbirá a la nueva Comisión, y el nuevo Parlamento.

En los próximos meses aún quedan por finalizar dos expedientes:

en primer lugar, la propuesta de Directiva que prevé imponer sanciones eficaces contra los contaminadores de los mares. Lamento que el Consejo no haya podido avanzar en este expediente, a causa de intereses institucionales más que por el deseo de la protección del medio ambiente. Por el contrario agradezco al Parlamento su posición clara y resuelta sobre este aspecto. Este dictamen será, estoy convencida de ello, determinante para permitirnos superar las vacilaciones del Consejo; en segundo lugar, se han producido muchos avances en la modificación del Reglamento relativo a la Agencia europea de seguridad marítima, que esperamos que se adopte en la primavera de 2004. Las tareas de la Agencia se ampliarán considerablemente y en el futuro van a cubrir la lucha contra la contaminación en el mar, la seguridad marítima y la formación de la gente de mar. Gracias a su apoyo, la Agencia estará en el futuro en condiciones de proporcionar una asistencia con la ayuda de medios más eficaces ante la eventualidad de futuros accidentes, como buques descontaminadores de alta mar.

Además la Comisión, teniendo en cuenta la experiencia y los acontecimientos acaecidos desde el accidente del ERIKA, presentará próximamente un nuevo paquete de medidas legislativas.

Este nuevo paquete de medidas incluirá los elementos siguientes:

El refuerzo de los controles en los puertos, a través de una refundición de la Directiva existente.

La instauración de un marco jurídico sobre las investigaciones posteriores a los accidentes.

La aplicación en la UE de criterios mínimos para los Estados del pabellón.

El refuerzo del control del tráfico en las aguas comunitarias, gracias a la instauración de una red telemática comunitaria integrada que permitirá la circulación de toda la información pertinente sobre los buques.

Por otra parte, la Comisión va a proponer este año medidas con vistas a la transposición de los convenios marítimos adoptados por la OIT (Organización Internacional del Trabajo), que actualmente apenas tienen más impacto que unas simples recomendaciones, en textos comunitarios vinculantes para los Estados miembros.

También hubiera deseado que fuera posible, a corto plazo, modificar el convenio de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Pero se trata de una tarea a largo plazo y, por añadidura, muchos terceros países no están dispuestos a seguirnos en esta vía. No obstante, una vez más, la Comisión se propone seguir actuando para explotar al máximo las posibilidades del derecho internacional existente.

Por ultimo, a pesar del éxito a la OMI, la Comisión seguirá pidiendo a nuestros vecinos Rusos y mediterráneos de anticipar la aplicación de las normas sobre la eliminación de los viejos petroleros, lo antes posible sin esperar la fecha de adopción final acordado por la OMI.

, No puedo ocultar que estoy muy orgullosa por los resultados que hemos obtenido. Pero, tal como acabo de mencionar, también estoy convencida de que es conveniente seguir desarrollando el arsenal de medidas legislativas a disposición de la Unión Europea y verificar constantemente su correcta aplicación. Sin embargo, soy plenamente consciente de que jamás podremos alcanzar el«riesgo cero» de accidentes marítimos: siempre existirá el riesgo de un error humano, contra el cual somos impotentes. No obstante, ahora es necesario hacer fructificar este balance en una Europa ampliada a 25. No dudo ni por un momento que la nueva Comisión y el nuevo Parlamento tendrán la voluntad de continuar la tarea que emprendimos juntos.

Me gustaría dar las gracias por última vez, y espero no olvidar a nadie, al conjunto de los ponentes que han apoyado las propuestas de la Comisión. Quisiera destacar que un gran número de las preocupaciones que plantearon sus señorías han sido ya anticipadas por la Comisión o se recogerán en el nuevo paquete de medidas que la Comisión presentará. Por lo demás, estoy a su entera disposición para responder, hoy oralmente pero también de aquí a mediados de febrero por escrito, tal como el Presidente de esta Comisión ha solicitado, a las demás cuestiones específicas sobre la seguridad marítima, puesto que mis colegas la Sra. Wallström y el Sr. Barnier tendrán la oportunidad de proporcionarles respuestas detalladas sobre los otros puntos que les afectan en la próxima comparecencia.



15 abril 2008

Noticia que aparece en El Confidencial de hoy



Y en unos meses....

En marcha la construcción del colegio Loyola de Palacio ....

El Consejo de Gobierno ha aprobado este jueves la adjudicación de las obras para la construcción de un Centro de Educación Infantil y Primaria en el.

"Loyola de Palacio no te olvidamos", un homenaje en Facebook



En Facebook, la conocida red social, hay un grupo dedicado a ella- "Loyola de Palacio, no te olvidamos" - que crece cada día en número de personas y algunas dejan comentarios tan entrañables y sinceros como el que aquí publicamos:


Conchita Monsó escribió:

a las 18:26 del 09 de Abril de 2008

Humana, honrada, perseverante...

Humana, honrada, perseverante, leal, fidedigna, trabajadora, incorruptible, inteligente, inagotable, ejemplar, sincera, amable, amiga, tolerante, digna, culta, emprendedora, simpática, cercana a la ciudadanía, cariñosa, luchadora por la vida digna y humana de los demás, imprescindible, legal...

¡Cuánto bueno tenía y qué poco supimos decírselo en vida! Se nos ha ido al cielo. No la veremos más ni la oiremos más, pero sí estará con nosotros, siempre viva en nuestro corazón.

Dicen que nadie muere cuando hay gente que se acuerda de la persona que ha dejado huella en la vida de los demás. Loyola de Palacio lo ha hecho y por ello siempre estará con nosotros y nos ayudará desde el paraíso celeste, donde ya está con Dios y todos los familiares, amigos que un día partieron antes que ella.

Loyola de Palacio, todos te llevamos en el corazón. Descansa en paz y no te olvides de nosotros.

Conchita Monsó

13 abril 2008

Los trece de cada mes son más tristes.....


desde que Loyola nos dejó un trece de diciembre de 2006.

Es como si aún esperásemos su vuelta de algunos de sus múltiples viajes o cien mil actividades.

Estamos seguros de que Loyola sigue ayudándonos desde el Cielo.

Nos ha dejado un gran vacío

11 abril 2008

Archivo: Loyola, una vida llena y el recuerdo de todos


Ana Palacio: "Loyola ha muerto como vivió: con valor"

El presidente del Parlamento, el socialista español Josep Borrell, hizo una declaración institucional en la que recordó la "valentía" de De Palacio ante la enfermedad, propia de una "persona firme, determinada y fuerte".

Borrell señaló que De Palacio era "trabajadora incansable de trato llano y directo", y recordó con cariño la época en que él era ministro del Gobierno español y ella "látigo de la oposición".

"Mi sentimiento es hoy mucho más que institucional o político. También es personal", afirmó el presidente de la Eurocámara.

10 abril 2008

Archivo: LOYOLA DE PALACIO DEFENDIÓ EN CHINA LAS TESIS EUROPEAS SOBRE ENERGÍA Y TRANSPORTE



“En el horizonte del 2020, el 20% de los carburantes que se utilicen en Europa debería proceder de las energías alternativas”


04/11/2004, 22:33 . Manuel Doménech , SHANGHAI (CHINA)

La vicepresidenta de la Comisión Europea y comisaria de Energía y Transporte de la misma, Loyola de Palacio, participó en los foros de debate organizados por Michelin en Shanghai con ocasión de su Challenge Bibendum. De Palacio habló de cómo se avanza en Europa en estas cuestiones.



El lema elegido por Loyola de Palacio para su intervención en la Universidad de Tongji, próxima al circuito de Shanghai, con ocasión de la sexta edición de la Challenge Bibendum Michelin, fue “Iniciativas sobre la movilidad sostenible en la Unión Europea”. Transporte, energía y emisiones fueron los tres grandes bloques en los que basó un discurso del que se extrajeron interesantes conclusiones que demuestran que la Comisión Europea (CE) y, en concreto, Loyola de Palacio, están muy concienciados sobre la importancia que tiene de cara al futuro la movilidad sostenible.

De Palacio manifestó que la estrategia de desarrollo sostenible en la Unión Europea da una alta prioridad a la reducción de la congestión del tráfico y a un uso más amplio de los vehículos ecológicos. Para lograrlo, señaló que los desafíos más apremiantes en el transporte son la eficacia y la seguridad del tráfico, la seguridad en el suministro de energía, el impacto que tiene el ambiente contaminante sobre la salud y la necesidad de erradicar las emisiones nocivas.

Habló de la importancia que tiene utilizar otros medios de transporte que no necesiten la carretera para evitar la perenne congestión de tráfico que vive la Unión Europea. Sólo desviándolo hacia el ferrocarril y las vías fluviales se volverá a conseguir que el sistema europeo de transporte sea eficaz. Y para ello será necesario invertir en las adecuadas infraestructuras para esas dos alternativas al transporte por carretera. Esto en general, puesto que para el ámbito local apunta que la solución está en la mejora de la calidad de las áreas urbanas y del transporte público y en la promoción de las energías alternativas en el automóvil.

La comisaria de Energía y Transporte de la CE se mostró muy preocupada por la seguridad del tráfico, por lo que hizo hincapié en el programa que la Comisión lanzó en junio de 2003 para reducir el número de víctimas de la carretera de las 50.000 anuales que se producen en la actualidad en toda la Unión a la mitad en 2010. En este sentido manifestó su confianza en la aportación de la industria del automóvil, que utiliza cada vez más innovaciones tecnológicas para aumentar la seguridad de sus vehículos.

Si De Palacio puso el acento en los proyectos sobre eficacia y seguridad en el transporte por carretera que se están llevando a cabo en la Unión Europea (UE), fue para mentalizar a las autoridades chinas en unos aspectos que ya están causando gravísimos problemas en la gigantesca nación asiática, sobre todo el de la seguridad. Al respecto, se detuvo en hablar del programa Galileo, un sistema global de navegación por satélite más completo que el sistema GPS en el que cooperan la UE y China, porque algunos de sus usos tienen un interés específico para el sector de automoción. “El desarrollo de sistemas inteligentes de transporte es esencial para la movilidad sostenible porque rebajan los gastos desorbitados causados por las congestiones de tráfico y porque juegan un papel clave en la lucha por mejorar la seguridad vial”, manifestó De Palacio.

La importancia del suministro de energía

Loyola de Palacio mostró su preocupación por la seguridad a largo plazo del suministro de energía para todos los sectores del transporte, “porque es vital para la movilidad sostenible”. Para De Palacio la dependencia de los combustibles derivados del petróleo (gasolina y gasóleo) es cada vez más fuerte, al estimarse que la demanda aumentará en las dos décadas que van del 2000 al 2020 en un 50%, eso unido al continuo aumento de los precios del petróleo.

En este contexto, la UE ha tomado conciencia de que es imprescindible para asegurar la movilidad a largo plazo mejorar la eficacia energética de los automóviles e introducir unos combustibles alternativos que de forma gradual deberán sustituir al petróleo. De Palacio confirmó que tras el acuerdo alcanzado entre la UE y los fabricantes de automóviles ya se han dado importantes pasos en la reducción del consumo de los nuevos coches. Así, si se había previsto una reducción del 25% de dicho consumo entre 1999 y 2008/2009, el objetivo marcado para 2003 ya se alcanzó en 2000.

De Palacio aseguró que “Europa busca reducir su dependencia energética del petróleo promocionando los biocarburantes e investigando con el hidrógeno”, a lo que añadió que “en el horizonte del 2020, el 20% de los carburantes que se utilicen en Europa debería proceder de las energías alternativas”. De hecho, la directiva europea sobre biocarburantes, adoptada en 2003, establece objetivos para su cuota en el mercado, unos objetivos que aumentan de forma gradual desde el 2% de 2005 hasta el 5,75% en 2010, aunque reconoció que a corto plazo las perspectivas para el uso de biocarburantes dependen de la política de promoción adoptada por los Estados miembros de la UE.

Con respecto al hidrógeno como energía alternativa, Loyola de Palacio recordó que la CE lanzó en enero de este año una plataforma de tecnología para la célula de hidrógeno y de combustible. Su objetivo principal es definir y poner en práctica una estrategia integrada para el desarrollo y la introducción de la energía derivada del hidrógeno en el sistema de transporte europeo.

El impacto ambiental

La movilidad sostenible no es posible sin reducir el impacto que tienen las emisiones que origina el transporte sobre el medio ambiente. De Palacio recordó que el CO2, los óxidos nitrosos y de carbón y las partículas sólidas afectan de forma dramática a la calidad del aire y, por lo tanto, a la salud de los seres vivos. El acuerdo entre la CE y los fabricantes ya ha producido resultados en este sentido, al mejorar la eficacia energética de los vehículos. El acuerdo prevé que los coches de pasajeros sólo emitan 140 gramos de CO2 por kilómetro en 2008/2009. De Palacio recordó que la UE controla las emisiones contaminantes mediante las normas Euro, que se endurecen gradualmente año tras año. Para ella, su aplicación ha supuesto mejoras considerables en la calidad del aire en Europa.

De Palacio confesó que “el paquete de medidas que ha puesto en marcha la UE para dirigir el sector del transporte hacia una movilidad sostenible a largo plazo ya muestra resultados esperanzadores en la disminución de emisiones contaminantes y en la mejora de la eficacia energética de los nuevos coches”, aunque añadió que “se requieren esfuerzos a largo plazo, porque el crecimiento de la demanda en el transporte reduce los beneficios de las mejoras en la tecnología”. Por ello, concluyó su intervención diciendo que “para responder a esos desafíos de futuro es necesaria una combinación de políticas ambiciosas, apoyo industrial y gubernamental e introducción de energías limpias que sean alternativas a los combustibles actuales”.

08 abril 2008

Archivo: Conferencia de Loyola de Palacio -Córdoba-

Permítanme mi osadía de venir a hablar de agricultura a Córdoba, a unos empresarios agrarios que día a día acreditan su capacidad de gestión y donde tienen su asiento centros de enseñanza de reconocido prestigio. Pero la amable invitación de este centenario Círculo de la Amistad me ha animado a compartir con Vds. algunas de mis ideas sobre la agricultura en general y, en particular, sobre la agricultura europea.

La tercera revolución agraria

En nuestra sociedad se han producido muchos cambios durante el ultimo medio siglo, cambios que como no podía ser de otra forma han afectado profundamente a la agricultura. En este período, en contraste con la evolución suave y continua experimentada anteriormente, la agricultura ha cambiado de manera sólo comparable a la que en los albores de la humanidad y durante un período muchísimo más largo protagonizaron nuestros antepasados al conseguir la domesticación de animales y plantas silvestres lo que les permitió evolucionar desde un régimen más o menos nómada de cazadores y recolectores a otro de agricultores y ganaderos sedentarios.

En estos cincuenta años la agricultura ha sufrido dos cambios importantísimos, verdaderamente revolucionarios. La primera revolución corresponde a la mecanización del campo, sustituyéndose la tracción de sangre y el trabajo físico del hombre por una serie de máquinas que permiten realizar las labores en menos tiempo, con más oportunidad, con menor esfuerzo y con mayor perfección. Se ganó en productividad y en comodidad a cambio de depender de un carburante que constituye un insumo que a diferencia de los forrajes con que se alimentaba el ganado de labor sustituído no se produce en la explotación.

Casi al mismo tiempo se empezó a generalizar el uso de semillas selectas propiciando un incremento de las producciones con la consiguiente demanda de una mayor aportación de inputs externos, especialmente fertilizantes y pesticidas. Lo mismo cabe decir de las transformaciones en regadío realizadas conforme se iba incrementando la regulación de nuestros ríos y aumentaba nuestra disponibilidad de energía. La demanda de fertilizantes y pesticidas provocó una segunda revolución, la química, que permitió que la agricultura alcanzase la productividad que el empleo de máquinas, de agua de riego, de semillas selectas, juntamente con la extensión de la formación profesional, facilitaban.

Hoy en día nos encontramos inmersos en una tercera revolución, la biotecnológica, término que a mi juicio es mucho más amplio que el que hace referencia a la ingeniería genética o a los organismos genéticamente modificados. El desarrollo de la biotecnología redundará sin duda en grandes ventajas para la agricultura propiciando el incremento de su productividad, objetivo clave para luchar contra el hambre sin destruir bosques o desecar marismas, facilitando además la obtención de nuevos productos, muchos de ellos de uso médico, o la elaboración competitiva, a partir de producciones renovables, de biocarburantes y otros productos químicos y farmacéuticos actualmente fabricados consumiendo recursos fósiles.

Pero esta tercera revolución está teniendo lugar en un momento especialmente delicado en el que la comercialización de las producciones en un mundo globalizado y la aparición de fuertes movimientos sociales están poniendo en cuestión la viabilidad de la agricultura europea. La sociedad exige a nuestros agricultores que sean competitivos al mismo tiempo, y a mí me parece muy bien, que les impide utilizar pesticidas que dañen el medio ambiente o fertilizantes que puedan contaminar los acuíferos, o les obliga a procurar el bienestar de sus animales. También suscribo, por supuesto, que la sensibilidad social demande una gran seguridad alimentaria. No veo en cambio razón alguna para que no se permita que nuestros agricultores empleen variedades transgénicas más productivas, más resistentes a plagas y enfermedades o más tolerantes a las adversidades climáticas, máxime cuando estas nuevas obtenciones tienen que superar una serie de requisitos que aseguran su inocuidad tanto para los seres vivos como para el medio ambiente. Existe un riesgo real de que los agricultores europeos no puedan subirse al carro de esta revolución biotecnológica que en cambio está siendo utilizada a fondo por nuestros competidores.

En España, además, donde el regadío es esencial para el mantenimiento de la agricultura más eficiente, se está extendiendo una falacia dando por hecho un supuesto despilfarro del agua de riego. Incluso se manejan estadísticas en las que se comparan las dotaciones que los agricultores españoles emplean para regar sus tierras con las mucho más bajas utilizadas por sus colegas holandeses o daneses. El argumento empleado se cae por sí sólo pero su machacona repetición, unida a la exigencia de que las tarifas contemplen el costo de reposición de las inversiones realizadas en regulación y distribución del agua, está calando en la opinión pública. No quiero pasar por alto al hablar del regadío la irresponsabilidad política que ha supuesto la derogación del Plan Hidrológico Nacional. No me cabe duda de que la insolidaridad de algunos, el sectarismo de otros y el papanatismo de muchos están provocando serios problemas que se agravarán con el paso del tiempo.

La Organización Mundial de Comercio

Dentro de pocos días se celebrará en Hong Kong la Conferencia Interministerial de la OMC, cuyos acuerdos, si es que se producen y no se repiten los fiascos de Seattle (1999) y Cancún (2003), serán de la máxima importancia para la agricultura europea. La Unión, que se adelantó a hacer una reforma de la PAC considerada por muchos prematura y estratégicamente inoportuna, propone una reducción de las ayudas de la caja ámbar[1] de un 70%, pese a que hace menos de año y medio se había acordado que la reducción máxima sería del 65%. Francia, liderando un grupo de trece países europeos, está insistiendo en que la Reforma de la PAC debe ser el límite máximo de nuestras concesiones, debiendo la Comisión respetar escrupulosamente el mandato negociador del Consejo. El Comisario de Comercio no acepta estas presiones y repetidamente ha anunciado que la UE será flexible en el capítulo agrario si se obtienen beneficios en materia de industria y servicios. El ministro francés de agricultura, en frase muy gráfica, ha acusado al Comisario de Comercio de galopar muy por delante de su infantería.

Asimismo Europa ha ofrecido una reducción media del 46% en los aranceles de entrada, al margen de la iniciativa todo excepto armas que permite importar sin aranceles y sin contingentes los productos de los 50 países más pobres. Estados Unidos, por su parte, propone reducir sus ayudas internas en un 60%, condicionándolo a que la Unión Europea disminuya las suyas en un 83% pero manteniendo en el nuevo Farm Bill los pagos contracíclicos, que por su naturaleza se deben incluir en la caja ámbar.[2] En cuanto a los aranceles, ofrece una reducción de entre el 55 y el 90%.

Otro grupo de países, el denominado G-20, formado entre otros por Brasil -que de ninguna manera, agrícolamente hablando, puede incluirse entre los países pobres- India y China, ha adelantado que si el recorte arancelario de la UE para los productos agrícolas no llega al 54% se negará a negociar cualquier otra partida. Igualmente, la APEC[3] que engloba a grandes países productores y consumidores como Estados Unidos, Japón, Australia, Canadá, China, Méjico, Chile o Rusia, y que representa la mitad del comercio mundial, está presionando fuertemente a la UE para que acepte una reducción significativa de las ayudas agrarias si se quiere superar la crisis en que se encuentra la Ronda de la OMC.

España se ha alineado con la postura defendida por el Comisario de Comercio. Nuestro ministro de Asuntos Exteriores ha declarado en Bruselas que queremos una negociación global donde las concesiones agrícolas sean a cambio de beneficios en la industria y los servicios. Más claro, agua.

Según el Banco Mundial la riqueza de todos los países aumentaría en 254.000 M de euros si desaparecieran las barreras comerciales y los subsidios agrícolas, yendo a parar a los países en desarrollo la mitad de dicha cifra. El Acuerdo de Hong Kong tendría así una doble vertiente: la puramente económica y la de cooperación con los países menos desarrollados en la lucha contra la pobreza.[4]

Europa está obligada a ayudar a sus agricultores

En esta tesitura la sociedad europea no puede olvidar que tiene una deuda pendiente con sus agricultores y no parece que el intercambio de cromos agrarios por otros industriales sea éticamente admisible. La Unión Europea surgió precisamente de un mercado comun agrario promovido con la finalidad de producir más alimentos para una población hambrienta tras el terrible drama de la segunda guerra mundial. Y el esfuerzo de sus agricultores, frecuentemente sin medios apropiados pero con una enorme moral para superar sus limitaciones, no sólo dio de comer a sus compatriotas sino que originó unos excedentes de producción que, al causar graves problemas financieros, exigieron un cambio radical en el diseño de la política agraria comunitaria. Más adelante, conforme los europeos fuimos mejorando nuestro nivel de vida, se pidió a los agricultores que desempeñaran nuevos papeles en las zonas rurales, convirtiéndose en protectores del medio ambiente y en guardianes del paisaje para deleite de los urbanitas en sus vacaciones o en sus excursiones de fin de semana.

¿En qué situación estamos?. El Tratado constitutivo de la UE sigue en vigor. En él se establece que la política agraria comunitaria debe de tener en cuenta las características singulares de la actividad agrícola consecuentes de la estructura social de la agricultura y de las desigualdades estructurales y naturales de las distintas zonas rurales. Por lo tanto para alcanzar la competitividad que en un mundo globalizado se exige a nuestra agricultura es necesario que Europa establezca estrategias de desarrollo claras y precisas destinadas a mejorar y adaptar el potencial humano y el de los factores de producción, sin olvidar en todo el proceso tanto la calidad de la producción como la conservación del medio ambiente.

Es la hora de ayudar al campo europeo para que Europa siga siendo ese conjunto armónico formado por una retícula de ciudades pequeñas y medianas apoyadas en pueblos con próspera vida propia. Pero ello no debe conseguirse reduciendo las ayudas destinadas a la agricultura para dedicar su importe al llamado desarrollo rural, olvidando, no sé si consciente o inconscientemente, que no puede haber desarrollo rural sin agricultura y sin agricultores. La PAC constituyó una política moderna y su aplicación permitió que Europa dispusiera de uno de los mejores y más seguros sistemas agrarios. Pienso que para el futuro de Europa es esencial no sacrificarla en aras de una mal entendida solidaridad[5] con los países en vías de desarrollo pues constituye un medio esencial para salvaguardar la cadena alimenticia europea y mantener vivo el medio rural. Quiero poner como ejemplo el beneficioso efecto que la reforma de la OCM del aceite de oliva supuso en la mejora de la producción de los olivares, en la modernización de las almazaras y, en definitiva, en la calidad y seguridad alimenticia de sus productos, con favorabilísimas repercusiones económicas y sociales en las zonas olivareras. Ejemplo contrario lo constituyen las negativas repercusiones que con toda seguridad provocarán las recientes reformas de las reglamentaciones del algodón y del azúcar, cuyos efectos no tardarán en manifestarse en sus zonas de cultivo.

Hablaba anteriormente de las estrategias de desarrollo tanto del potencial humano como de los factores de producción. Empezaré por el primero que considero de máxima importancia pues la verdadera riqueza de un país o de un sector es la educación de su gente. Es preciso establecer estrategias que permitan la formación continua de los agricultores así como la potenciación de los sistemas transmisores de información y de difusión de conocimientos, con los medios precisos para poder llegar a una población, que, por la naturaleza de su trabajo, vive dispersa. Extensión Agraria prestó servicios extraordinarios durante las dos revoluciones a las que he aludido anteriormente. Creo que sería muy oportuno recrear este Servicio, pero centrado en el desarrollo rural, para que con su asesoramiento los agricultores puedan beneficiarse de las ayudas comunitarias destinadas a este fin y del incremento de rentas que dicho desarrollo propicie, en lugar de que dichas ayudas sean mayoritariamente utilizadas por personas ajenas al sector pero con mejor información. Es un campo en el que las Cooperativas y las Organizaciones Profesionales Agrarias tienen mucho que hacer y que decir.

A la mejor utilización de los factores de producción contribuirá sin duda y en primer lugar la mejor formación y capacitación de los agricultores. Pero aumentar la eficacia del sector a través de la modernización de las explotaciones, incrementando su rentabilidad mediante la introducción de nuevas tecnologías, exige inversiones importantes para las que se necesitan ayudas proporcionadas y una política agraria europea sin las incertidumbres actuales, en que parece que se quiere modificar la normativa vigente antes de que ni siquiera haya entrado en vigor. No se puede pedir a los agricultores que inviertan en mejorar sus explotaciones al mismo tiempo que se les está diciendo que la reglamentación actual, la recogida en la Agenda 2000, tiene sus días contados. Lo mismo cabe decir del sector transformador en el que sería deseable favorecer la cooperación entre agricultores e industriales y comercializadores.

No quiero dejar pasar la ocasión, hablando del medio ambiente o del mantenimiento de la biodiversidad, de decir que la labor desarrollada por los agricultores ha sido fundamental para que uno y otra llegaran hasta nuestros días en buen estado, gracias sobre todo a que la agricultura ha constituido para sus profesionales no sólo un medio de vida sino, especialmente, una forma de vida . La ampliación territorial de los espacios protegidos, cubriendo cada vez mayores superficies, con las consiguientes limitaciones para los agricultores y ganaderos que en ellos trabajan y que habían sido sus mejores conservadores a lo largo de muchas generaciones, está produciendo con frecuencia un efecto pernicioso sobre el bien que se pretende proteger, mucho más inerme ahora que antes de que se declarara su protección. Es necesario que nuestros montes vuelvan a ser lo que eran, fuente de rentas y trabajo para la población de su entorno y para el conjunto de la sociedad, y abandonar el trasnochado paternalismo que sin duda con la mejor voluntad está causando daños muchas veces irreparables en nuestro patrimonio común.

Se ha puesto de moda últimamente una palabra, la de sostenibilidad, para designar un concepto que el agricultor ha venido cultivando, y nunca mejor dicho, desde que el primer recolector de frutos silvestres se convirtió en labrador. En este sentido la Directiva comunitaria 2003/30, que este año ha entrado en vigor y que pretende fomentar el empleo de carburantes obtenidos de recursos renovables puede ser de gran utilidad para la agricultura y para el mundo rural en general pero, eso sí, siempre que los agricultores participen en la elaboración de los biocarburantes y no se contenten con ser unos meros suministradores de productos sin transformar.[6]

Para el cumplimiento de esta Directiva y para que en general la revolución biotecnológica llegue también a los agricultores es necesario que la sociedad mejore la dotación presupuestaria que destina a investigación, desarrollo e innovación, especialmente la que dedica al campo. Durante las próximas décadas, en un período considerado como transitorio, los biocarburantes, es decir el bioetanol y el biodiesel, contribuirán a facilitar el acceso a una nueva situación, verdaderamente revolucionaria, en la que el hidrógeno y las pilas de combustible garantizarán el suministro energético y la seguridad mundial y en la que la agricultura puede ser la gran fuente de energía renovable para la obtención de hidrógeno. Pero para ello es necesario dedicar muchos más recursos a la investigación. [7]

Tenemos que conseguir entre todos que los agricultores se sientan ciudadanos de primera, aunque no vivan en ciudades, que el conjunto social reconozca que ejercen una profesión digna y necesaria y que no consideren que las ayudas que se les prestan o puedan prestárseles son limosnas más o menos caritativas pero inmerecidas. Ha pasado la época en que la agricultura recibía una gran atención en los planes de estudios de las escuelas militares debido a su doble función de proveedora de hombres para la guerra y de suministradora de alimentos para ganarla. No están tan lejos tampoco los tiempos en los que, sin pedir nada a cambio, el campo prestó a la sociedad lo mejor que tenía, sus hombres y sus mujeres, para el desarrollo de los demás sectores. Eran los años en los que la emigración rural proporcionó en toda Europa el apoyo necesario para su recuperación, lo mismo que en décadas anteriores había hecho con las naciones hermanas de América.

Decía en un artículo reciente[8] mi querido amigo el profesor Velarde Fuentes que hoy en día España puede permitirse el lujo de apoyar, para que no desaparezca, a una agricultura parecida a la actual aunque no se optimice así nuestro PIB. Justifica su opinión no sólo porque exista un efecto precaución ante un conflicto o por el riesgo para el equilibrio social de la desertización del campo, que también, sino por la pérdida de un riquísimo acervo de tradiciones y de valores que perduran en él. Termina su artículo presentando un dilema a sus lectores: “Liquidar, o no, el campo; aceptar, o no, el lujo de tenerlo: he ahí una gran opción nacional”. Para mí, la respuesta está clarísima. Incluso yo iría más allá y diría que mantener el campo no es un lujo sino una necesidad. No hace falta ser muy pesimista para pensar que tras un desmantelamiento de la agricultura europea los suministradores externos de nuestros alimentos no vayan a actuar de la misma forma en que actualmente lo hacen los países productores de petróleo y nos veamos obligados a adquirirlos, más caros y sin garantías sobre su salubridad, fuera de nuestras fronteras.

La agricultura no puede esperar

A la vista de todo lo anterior hay que reconocer que los agricultores no lo tienen nada fácil. Si a las mayores exigencias que pesan sobre la agricultura europea unimos las mejores estructuras de producción de muchos de los países exportadores de productos agrarios, que les permiten grandes economías de escala, o las inadmisibles e indeseables condiciones de semiesclavitud en que otros desarrollan su actividad, con la consiguiente reducción de costos, es difícil que la agricultura europea sea competitiva.[9] No obstante y considerando cómo los agricultores han sabido, y están sabiendo, adaptarse de forma continua a las circunstancias cambiantes, desmintiendo el tópico de refractarios a cualquier innovación que los que no les conocen les aplican, estoy segura de que saldrán adelante haciendo frente a unas dificultades que ahora parecen insuperables. Hace ocho años, en el discurso inaugural de la 29ª Conferencia de FAO donde la prioridad absoluta era la lucha contra la pobreza y el hambre en el mundo, citaba yo en mi intervención como Ministra de Agricultura del Reino de España una frase del pandit Nehru que creo puede ser hoy, aquí, un banderín de enganche: “Most things except agriculture can wait”.. Estamos gastando mucho tiempo, mucho dinero y muchas energías en cuestiones realmente baladíes mientras que nuestra agricultura, y con ella nuestros agricultores, está corriendo el riesgo de desaparecer. La agricultura no puede esperar. Y a su desarrollo, sin perder un minuto, debemos dedicar nuestros mejores esfuerzos para hacer realidad una agricultura europea fuerte, competitiva, respetuosa con el medio ambiente, que asegure el suministro de productos saludables y que sea capaz de retribuir dignamente a los que a ella se dediquen.

Muchas gracias por su atención.

Córdoba, 1 de diciembre de 2005


07 abril 2008

Loyola por Jaime Campmany



DE todos los ilustres peperos que navegan por las rutas políticas, ministros, notables con cargo o mamandurria y miembros de la cúpula del partido: cupulinos, cupuleros o cupuletos del PP, la persona que más se ha destacado por su diligencia, talento, perspicacia y tino en este trance dramático de la «marea negra» se llama Loyola de Palacio. Rara avis. Pues alabada sea. Todos los demás han andado tuertos, perplejos, perezosos o desavisados, y han permitido que las enormes proporciones de la tragedia nos pille en paños menores y con el culo a la intemperie. Ahora se percatan y reaccionan, que a buenas horas, mangas verdes, por más que bienvenida sea su preocupación y ocupación, aunque venga tardía.

Desde Europa, que es su sitio en estos momentos, Loyola de Palacio ha hecho todo cuanto había que hacer y con la presteza debida para que Europa adquiriera conciencia de la magnitud del problema y se aplique a adoptar las medidas necesarias para que no se repita un desastre como el que aflige a Galicia, al litoral cantábrico y que amenaza con alcanzar las costas de Portugal por el sur y de Francia por el norte. Desde Europa, con el acuerdo común de todos los países que integran la Unión, había que decir con energía definitiva ese «Nunca mais» que claman y reclaman los gallegos castigados por la «marea».

No es la primera vez que la prontitud de reacción y el acierto de Loyola sirve de guía y ejemplo a los gobernantes de España y a los representantes en Europa de las restantes naciones de la Unión Europea. Y en esta ocasión, la celeridad y el tesón que ha puesto al servicio de la idea, tan elemental pero tan difícil, de prohibir el transporte del crudo en petroleros de un solo casco, viejos o en condiciones de desecho, ha sido sencillamente admirable. Eso es lo único que ella podía hacer desde su cargo, y eso es lo que ha hecho.

Por lo que hemos leído, no ha resultado fácil. Las potencias que disponen de cargueros que no reúnen las condiciones de seguridad requeridas se resisten a prescindir de los que tienen y arrumbarlos para siempre. Queda por lograr una normativa obligatoria y coactiva para meter en cintura esa díscola colonia inglesa en carne española que se llama Gibraltar. Allí, desde permitir sociedades en condiciones de paraíso fiscal a la admisión en su puerto de submarinos nucleares descacharrados o desvencijados petroleros, se hace de todo.

El problema de Gibraltar ya no es sólo sentimental, sino práctico. El Peñón y su bandera inglesa ya no son solamente una «espinita» clavada en el corazón de España, sino un problema de marca extranjera incrustado en nuestro propio ser. Gran Bretaña tiene allí, en tierra de España, un basurero peligroso y un refugio para el dinero negro. El empeño para que ese basurero desaparezca y ese refugio se clausure le toca hacerlo a la otra de las dos hermanas Palacio.
Por de pronto, el alabar a Loyola es justo, necesario y saludable. El periodista quisiera tener todos los días motivos de alabanza tanto para el Gobierno como para la oposición. Cuando no es así, pega pero sufre.


ABC. 10 de diciembre de 2002-enlace a fuente-

06 abril 2008

First informal meeting of Prodi´s Comission


The new European Commission designate, under the presidency of Romano Prodi, met informally for the first time at the "Kasteel Solhof" in Aartselaar (Belgium), 16 and 17 July 1999. After a business meeting, Romano Prodi gave a press conference followed by a presentation to the press of all the Members of the new College.

P-002791-05-30

Group photo (from left to right): 1. row : Frits Bolkestein (Internal Market); Neil Kinnock (Vice-President / Administrative Reform); Loyola de Palacio del Valle-Lersundi (Vice-President / Relations with the EP, Transport, Energy); Romano Prodi (President); Viviane Reding (Education, Culture); Mario Monti (Competition); Pascal Lamy (Trade); Günter Verheugen (Enlargement) 2. row: Michel Barnier (Regional Policy); Philippe Busquin (Research); Franz Fischler (Agriculture, Fisheries); Chris Patten (External Relations); António Vitorino (Justice, Home Affairs); Margot Wallström (Environment); Michaele Schreyer (Budget); Anna Diamantopoulou (Employment, Social Affairs); David Byrne (Health, Consumers); Pedro Solbes Mira (Economic and Monetary Affairs); Erkki Liikanen (Enterprise, Information Society); Poul Nielson (Development, Humanitarian Aid)
CE | Aartselaar - Kasteel Solhof | P-002791/05-30 | 17/07/1999

04 abril 2008

Archivo: Loyola - Primeras Jornadas de Liberales en la Red




Loyola de Palacio participó en las Primeras jornadas liberales en la red en Galicia

El pasado fin de semana se celebró en Santiago de Compostela, con la asistencia de Loyola del Palacio, la primera jornada liberal en la red. A dicho encuentro asistieron un nutrido grupo de blogeros, que reivindicaron el espacio de libertad y pluralidad que supone Internet y concluyeron en la necesidad de contar con una fuerte y dinámica presencia en la red de opiniones alternativas al pensamiento único dominante.

Como ponentes del acto asistieron Don José Vilas Nogueira, Catedrático de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Santiago de Compostela, que analizó la situación política española en la actualidad y la influencia de los medios de comunicación en la sociedad. Por su parte el profesor Miguel Cancio de la Facultad de Ciencias Economicas y Empresariales de Santiago de Compostela, centró su intervención en la critica a las tendencias totalitarias que cada día se detectan con más descaro en el gobierno de Rodríguez Zapatero. Por su parte Mateo Requesens, que en representación de Minuto Digital acudía al evento, subrayó el potencial de los diarios digitales e Internet en el mundo de la comunicación y la necesidad de no dispersar los esfuerzos para evitar que en Internet se produzca el mismo monopolio que en los medios tradicionales y la cultura tiene la izquierda. Por su parte Luís Balcarce expuso su experiencia y destacó la capacidad de influencia de los blogs en el mundo de la política actual.

Loyola del Palacio cerró el turno de intervenciones resaltando la situación por la que atraviesa España, en la que el gobierno socialista mira al pasado, añorando una fracasada II República y olvidando que con la Constitución de 1978 todos partimos desde cero hacía un futuro en común que quería olvidar rencillas pasadas. Igualmente denunció la pretensión totalitaria de la izquierda de atribuirse el derecho exclusivo de decidir quien defiende y quien no, la libertad, la democracia y la paz. Por último Loyola del Palacio brindó su apoyo personal a las nuevas tecnologías y a la red.

blog -enlace

2 de mayo de 2006

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Loyola llegó por la mañana y se quedó a comer con todos antes de tomar el avión de regreso a Madrid para emprender las vacaciones junto a su familia. Por la tarde, vía teléfono, estuvo muy pendiente de cómo iba todo.


Su intervención y asistencia -una sorpresa para la mayoría- encantó a todos.


02 abril 2008

Archivo de una blog

LOYOLA FOR EVER


La Fundación para la Libertad organizó un acto cultural en Bilbao "the day after" (really four days after) para que cuatro afamadas periodistas del firmamento patrio analizaran los resultados de las Elecciones Municipales del 27 de mayo de 2007. Disertaron Ángeles Escrivá, Tonia Etxarri y Charo Zarzalejos (la ordenación es alfabética), moderadas (que no hizo mucha falta) por Chelo Aparicio (por cierto, algún comisario político nacionalista diría que había demasiadas "ch" y pocas "tx").
La mesa redonda estuvo francamente bien: intervenciones de altura, análisis rigurosos y la posibilidad de tener en vivo y en directo a profesionales del periodismo a quienes leemos a diario, escuchamos a veces en alguna tertulia y, de vez en cuando, salen y les vemos en las teles (excepto en la "i, ti, bi").
El acto estuvo enmarcado en el "Seminario de Debate Político Loyola de Palacio", recientemente creado dentro de la Fundación para la Libertad para perpetuar la memoria de Loyola, que formó parte del Patronato de la Fundación desde su constitución hasta que nos dejó para siempre.
Los asistentes pudimos hacer preguntas a las ponentes; tuve ocasión de hacer la primera. Lo de menos fue la pregunta, porque aproveché para agradecer a la Fundación la creación en su seno del "Seminario", y para poner de manifiesto la altísima calidad humana de Loyola, su gran capacidad de trabajo, su brillante carrera política y el hecho de que, en el País Vasco, con su fallecimiento hemos perdido la posibilidad de tener una gran Lehendakari, dije también que su partido (en lo que respecta a su organización regional vasca) no había tratado a Loyola como se merecía cuando se ofreció para las elecciones autonómicas de 2005.
Otros dos asistentes que preguntaron después aprovecharon también la ocasión para realizar un recuerdo cálido de la gran persona que fue Loyola y poner de manifiesto el acierto de la Fundación.
Entre los presentes estaba Urquiola, hermana de Loyola, extremo que (yo creo) desconocíamos los presentes. Urquiola agradeció las intervenciones sobre su hermana. Tras el acto, en un vino español que se sirvió tuve la oportunidad de que Ana E. me presentara a Urquiola.
Conocí a Loyola en marzo de 1977 y charlé con ella por última vez en Portugalete, durante la campaña electoral autonómica de 2005. Me avisaron en agosto de 2006 de su ingreso en el Hospital de Galdákao cuando se sintió indispuesta mientras hacía deporte en el mar, cerca de su casa familiar "Urrijate" en Larruscain, barrio de Marquina. Le tenía un afecto inmenso; como pequeño homenaje personal me permito el atrevimiento de instalar entre mis blogs favoritos un enlace al suyo.
P.S.: En otro momento publicaré en este blog alguna carta mía de apoyo a su candidatura a Lehendakari.

http://bilbainodepro.blogspot.com