06 mayo 2008

Archivo:LOYOLA DE PALACIO REALIZA LA TRASHUMANCIA A LOMOS DE CANARIO


Escrito el Sábado, 28 junio a las 20:15:00 por Antonio García González

La vicepresidenta de la Comisión Europea y ex–ministra de Agricultura, Loyola de Palacio, parecía Indiana Jones a lomos de Canario.

Ese es el nombre del caballo con el que De Palacio realizó esta mañana la ascensión por la Calzada Romana del Puerto del Pico, acompañando a la ganadería de Valdueza, propiedad de Alonso Alvarez de Toledo, presidente de la Asociación de Criadores de Ganado Vacuno Selecto de Raza Avileña-Negra Ibérica.

Esta asociación, junto con el consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida Carne de Avila, eran los organizadores de la II Jornada de Trashumancia que discurrió en la mañana del sábado por la Calzada Romana, ante la atenta y expectante mirada de cientos de personas que contemplaron el espectacular recorrido. Desde allí observaron el paso de 2.000 vacas pertenecientes a siete ganaderías abulenses.

Los animales salieron hace varios días desde tierras extremeñas y toledanas, donde habían permanecido durante el invierno y la primavera, para llegar a la provincia de Avila, donde estarán hasta los meses de noviembre o diciembre, en función de la meteorología.

De Palacio pasó prácticamente desapercibida, a lomos de un caballo llamado Canario y semi-escondida tras unas grandes gafas de sol, un sombrero y un pañuelo. Su intención era, únicamente, la de ocultarse del sol y del aire, porque se mostró distendida en todo momento con cuantos la saludaron.

La vicepresidenta de la Comisión Europea acompañó desde Mombeltrán, en el Barranco de las Cinco Villas, a las vacas de la ganadería Valdueza, propiedad de Alonso Alvarez de Toledo.

Ambos llegaron juntos a la cima del Puerto del Pico, donde fueron recibidos con el sonido de la dulzaina y el tamboril, antes de participar en la degustación de carne y de proseguir el camino con el ganado por la tarde.

Se trata de una práctica que la vicepresidenta de la Comisión Europea suele realizar "desde hace muchos años", cuando sus ocupaciones se lo permiten, ya que supone un "corte total" con su trabajo habitual y le permite "cargar pilas", señaló a avilared.com.

"Me encanta la naturaleza y el campo", apuntó De Palacio, quien añadió que la trashumancia es "de aquellas tradiciones únicas que quedan en España".

Antes recordó una experiencia similar que tuvo la oportunidad de vivir en Noruega, pero "con renos" y realizando el trayecto con "motos de nieve", pero en su opinión la trashumancia que se realiza en España es "más bonita todavía".

Por ello, se mostró esperanzada en que esta práctica no se encuentre en peligro de extinción, porque "se está haciendo algo muy importante como la carne de dehesa".

"Las carnes de avileño o de otras razas autóctonas que se crían en libertad en la dehesa, tienen un sabor completamente distinto y una calidad extraordinaria que se está empezando a apreciar y a pagar", argumentó la vicepresidenta de la Comisión Europea, antes de reconocer que "es más complicado criar las vacas en estas condiciones".

En este contexto, expresó su confianza en que los consumidores sepan apreciar esa "diferencia de calidad y paguen la diferencia, porque todo lo que hay alrededor de este tipo de ganado que crece en libertad en la dehesa, puede salir adelante".

Al respecto, apuntó la posibilidad de que la trashumancia pueda ser apoyada desde europa a partir de "programas de desarrollo rural".

La trashumancia a pie se realiza normalmente en la segunda quincena de junio para la subida a la sierra y poder ocupar los agostaderos, mientras la bajada a los majadales adehesados se efectúa en los meses de noviembre o diciembre. El recorrido medio oscila entre los 250 y los 300 kilómetros, que son realizados en algo menos de dos semanas por los vaqueros, caballerizas y perros, con el fin de conducir a las entre 100 y 350 reses que componen cada ganadería.

La Asociación de Raza Avileña-Negra Ibérica está integrada por 330 ganaderos y 28.500 ejemplares inscritos en el Libro Genealógico. En el año 2000, el número de reses que efectuaron la trashumancia a pie fueron 20.000, mientras que el número ascendió a 30.000 en automoción.

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