24 julio 2007

Resumen de artículos sobre Loyola de Palacio


Siguen publicándose artículos sobre Loyola de Palacio. Traemos en primer lugar el editorial de ABC

En tiempos propicios al pensamiento «débil», Loyola de Palacio ha sido reconocida como una mujer de convicciones profundas y discursos sólidos y coherentes. «Valiente» es el adjetivo que más utilizan quienes la conocieron de cerca para definir su personalidad. Esta es precisamente la imagen que ha transmitido a la opinión pública. Nunca se arrugó ante los desafíos más difíciles. Defendió sus ideas a pie de calle en el País Vasco, peleó sobre el terreno por el aceite español y cuando su partido le encargó tareas en la Unión Europea no se conformó con una faena de aliño, sino que dejó huellas profundas de su paso por Estrasburgo y por Bruselas.

Carlos Herrera escribe

En esta Europa de luces desorientadas ella era capaz de volverse la llama repentina a la que acogerse en los días de frío conceptual:
resolutiva, directa, pertinaz e impenitente, De Palacio despreciaba el tiempo muerto tal y como ahora la muerte, el fin de todos los milagros, no ha querido despreciarla a ella. Una mujer que supo resolverle al sector aceitero español las consecuencias de las embestidas de un becerro austriaco es una mujer que no puede ser olvidada con el trámite simple de un lamento.

Ignacio Camacho: Loyola, la indomable

Le gustaba la política real, la que sirve para cambiar las cosas más allá de las intrigas de pasillo y las conspiraciones de salón, y se aplicaba a los proyectos con un denuedo implacable y un entusiasmo sin matices ni fisuras. Quizá por eso no perdía tiempo en maquillarse; era de esas mujeres que confían para iluminarse la cara en la fuerza interior que emana del espíritu y se proyecta en la lealtad abierta de una sonrisa.

Lucía Méndez también la recuerda en El Mundo.

Sin permitir que nadie le tuviera compasión, convencida hasta el último suspiro de que aún le quedaba mucha guerra que dar en los próximos años.
Loyola de Palacio vivió y murió como lo que fue: una mujer valiente e intrépida. De haber nacido en otra época, Loyola habría sido aventurera o exploradora. A pesar de que llevaba la enfermedad en los genes, ella nunca se dio por aludida. Sufrió y temió por su hermana hasta que Ana venció al cáncer, pero por ella misma nunca tuvo miedo