18 julio 2007

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He podido comprobar que aquellos que la conocían la querían muchísimo.

Octavio

Loyola de Palacio dejó una profunda huella en la política como vasca, española y europea. Destacó en el ámbito regional, nacional y europeo lo cual es muy poco usual en política, especialmente en una vida desgraciadamente tan corta.

La Unión Europea, y especialmente el Parlamento Europeo ha sido a menudo concebido como una especie de premio de consolación en el que políticos destacados podían descansar de la política nacional. No fue así con Loyola de Palacio que se entregó a sus tareas en el ámbito europeo con tanta dedicación como había hecho en sus anteriores puestos. Era el mejor ejemplo de lo que necesita la Unión Europea, aportando no sólo probada eficacia en la gestión sino ilusión por el proyecto europeo y sobre todo algo fundamental en este momento: ideas. No en vano fue la mujer española que más lejos ha llegado en la política europea.

Hubiera sido una pieza muy importante tanto en la renovación de ideas y la estrategia que permita al Partido Popular volver al poder como en los retos de la Unión Europea.
Por todo ello se la echará mucho de menos.


Julio Crespo