Loyola era una gran pintora, una artista que pintaba como vivía y como era ella, con rapidez, con ilusión y decisión, no dudaba nunca su trazo ni su pincelada, empleaba en la pintura toda su energía cuando se ponía a hacerlo. Ginés Liébana la definió de esta manera.
Era, también, una gran caricaturista, sabía descubrir en cada cara la caricatura que haría y tenía una libreta en donde hacía sus dibujos. Hace ahora casi un año, en Galicia, no encontró dónde hacer las caricaturas de los que compartían mesa con ella en una comida, después de buscar, se decidió por el mantel de papel que cubría la mesa, todos se quedaron entusiasmados con sus caricaturas, en unos minutos estaba rodeada de gente mirando su obra.