11 mayo 2007

Una mujer con valor


Dos mujeres que no necesitaron cuota

Enrique Zubiaga

"Hasta hace poco no me había dado cuenta de que se suponía que las mujeres eran el sexo inferior". Katharine Hepburn

El sábado pasado en Informe Semanal de TVE 1 había otra sesión de desenterramiento de huesos y van... Como sufro de sobredosis de fosas comunes, de esquelas de hace setenta años y de abuelos fusilados, me pasé a la 2, donde los huesos eran de otra clase: "La costilla de Adán", de George Cuckor, con Spencer Tracy y Katharine Hepburn. En ella "Kate" interpreta a una abogada que defiende a una mujer por el chapucero intento de asesinato de su marido, que la maltrata, y de la amante de este. Kate se enfrenta en el juicio a su propio marido que es el fiscal, interpretado por Spencer Tracy. La película es un brillante y divertidísimo alegato en favor de la igualdad de sexos.

He leído la biografía de Kate y la admiro mucho. En la vida real fue todo un símbolo por su extraordinaria carrera como actriz, pero también como persona. Nació y murió en su amada Nueva Inglaterra, donde estuve hace unos años... y me quedé con las ganas de pasar a saludarle, así que nunca sabré si me hubiera recibido.

Hecha a sí misma, magnifica deportista, con una carrera universitaria y con fuertes convicciones liberales en una época en la que se suponía que las mujeres debían quedarse en casa y no abrir la boca, Kate no tuvo nada que ver con otras actrices que acabaron como juguetes rotos en Holywood. A pesar de su fama no tuvo una vida fácil: "La vida es dura, después de todo, te mata". Tracy fue su amor durante treinta años y cuidó de él hasta su muerte pero nunca se casó con él, "el amor no tiene nada que ver con lo que esperas recibir, sólo con lo que esperas dar, que es todo". Kate murió con 93 años en la casa familiar de Connecticut, ese día las luces de todos los teatros de Broadway se apagaron durante una hora en su honor.

En cierta manera los méritos de Kate me recuerdan a los de otra mujer recientemente fallecida: Loyola de Palacio, Loyola tampoco necesitó de cuotas femeninas impuestas por ley, tan de moda ahora. Hasta sus enemigos políticos admiten su fuerza y su valía y Loyola llegó muy alto en su carrera política por méritos propios. También estaba enamorada de su tierra, el País Vasco, donde vio caer asesinados a compañeros y rivales políticos, plantó cara al fascismo nacionalista y jamás se calló. Fue una trabajadora inagotable que nunca se rendía: "La única batalla que se pierde es la que no se da".

Nunca salió en la portada del Vogue pero fue diputada, ministra, europarlamentaria, comisaria de transporte y energía y vicepresidenta de la Comisión Europea. Fue enterrada en su tierra en un féretro envuelto en las banderas vasca, española y europea.

La sociedad española está cada vez mas dividida, pero se me hace difícil entender que la representación del PSOE y del ejecutivo en el funeral se redujera al delegado del gobierno y, a título personal, a las socialistas Rosa Diez y Pilar Ruiz , madre de Joseba Pagazaurtundúa, asesinado por ETA. Hubiera estado bien que quienes tienen tan buena memoria para (algunos) muertos de la Guerra Civil la hubieran tenido también para una compañera de escaño que murió hace unos días. Eso sí, Pepiño Blanco ha tenido el detalle de regalar a los periodistas por Navidad su famoso video en el que pone a parir al PP... con Loyola en la foto de la portada. Mal andamos en este país.

En otro orden de cosas, creo que tanto Kate como Loyola hubieran firmado esto:

Carta a Louis Arbour, Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, solicitando que Naciones Unidas abandone la expresión “presos políticos vascos”En España no hay “presos políticos vascos”, sino terroristas de ETA juzgados con todas las garantías que cumplen condena.

“El Sr. Manfred Nowak, Relator Especial contra la Tortura, en su Informe a la Comisión de Derechos Humanos sobre “Derechos Civiles y Políticos, incluidas las cuestiones de la detención y la tortura”, de 21 de marzo de 2006, en la página 63, párrafo 292, al referirse a los presos de ETA y en relación a España, los califica como “presos políticos vascos”.

Nos parece inaceptable que en pleno Siglo XXI todavía existan en Naciones Unidas, personas que, como el Relator del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para la Tortura, desconozca la situación real del Estado que visita y se permita calificar como “presos políticos” a personas que no son sino terroristas.”

http://blogs.periodistadigital.com/hablandoenplata.php/2006/12/20/dos_mujeres_que_no_necesitaron_cuota