16 febrero 2009

Loyola,Con la verdad por delante.


By: Vidal-Quadras, Aleix
Publication: Epoca
Date: Sunday, December 17 2000

La Comisaría de Energía y Transportes, Loyola de Palacio, compareció el pasado martes 5 de diciembre ante la Comisión de Industria del Parlamento Europeo para presentar el que sin duda será uno de los hitos de su mandato. La arrolladora ex-ministra de Agricultura ha impulsado


y culminado a lo largo del último año la elaboración del Libro Verde hacia una estrategia europea para un suministro seguro de energía. Casi nada. Lo primero que hay que destacar es que con este trascendental documento la Comisaria cumple un compromiso adquirido desde la asunción de su cargo y lo hace satisfaciendo plenamente las expectativas creadas. El Libro Verde, en efecto, no es una simple enumeración aséptica de datos y de problemas, sino que va mucho más allá. Los interrogantes que plantea, los hechos incuestionables que detalla, las predicciones sólidamente formuladas que adelanta, marcan un camino que sólo los intereses nacionales miopes, los prejuicios ideológicos irrazonables o el afán suicida de beneficio cortoplacista pueden ignorar o negar.

Un segundo aspecto que merece ser señalado es el carácter personal de este extenso y bien trabado trabajo. Si bien una puesta a punto de este tipo representa la síntesis de un volumen considerable de información, Loyola de Palacio ha dirigido muy de cerca su redacción y le ha dado su impronta, marcando claramente su orientación y fijando sus conclusiones. Es bien sabido que la Comisaría no pertenece al género de los políticos que planean sobre las cuestiones espinosas para no herirse. Muy al contrario, acostumbra a meterse a fondo, dando la cara y por derecho. Eso sí, no deja nada a la improvisación ni se deja llevar por impulsos temerarios. Afronta los desafíos bien equipada con un conocimiento exhaustivo del tema y los argumentos cuidadosamente afilados. El Libro Verde es una muestra paradigmática de esta forma de proceder, que ojalá fuera contagiosa.

El diseño de una estrategia europea integrada para garantizar un suministro seguro de energía, compatible con un desarrollo sostenible y con un crecimiento económico competitivo, entra casi en la incómoda categoría de las cuadraturas del círculo. Queremos bajar los precios a la vez que estimular el ahorro, estamos obsesionados con los riesgos de las centrales nucleares, pero deseamos cumplir los compromisos de Kyoto, nos afanamos en salvaguardar unilateralmente las necesidades de cada Estado-miembro aunque somos conscientes de la urgencia de establecer marcos de acción común, y magnificamos los peligros conocidos que sabemos controlar mientras dejamos crecer las amenazas nuevas de alcance imprevisible.

Todas estas paradojas son abordadas sin disimulos piadosos en el Libro Verde y todas las posibles soluciones son diseccionadas sin complejos ni tabúes. De su lectura se desprende que cada fuente de energía ha de ser analizada y tenida en cuenta de manera realista, sin fantasías, sin artículos de fe y sin voluntarismos. Ni hay que descartar nada de entrada ni vivir instalados en el miedo a elegir decididamente opciones por sus consecuencias electorales. En la medida que el problema del suministro energético está asociado a un determinado clima de opinión, hay que dar esa batalla con voluntad de ganarla. Las recientes declaraciones de un alto responsable del Ministerio español de Medio Ambiente sentando posiciones dogmáticas a la búsqueda frívola del aplauso fácil constituyen un ejemplo de las actitudes que hemos de evitan Si todos los mensajeros se quedan en casa por miedo a morir, el mensaje nunca llegará a su destinatario.

En el transcurso del vivo debate que siguió a la intervención de la Comisaria, un diputado citó la célebre sentencia de Montesquieu sobre el peligro en el que se encuentran las sociedades que han perdido conciencia del peligro. Ese es el principal mérito del Libro Verde: despertar la conciencia de la sociedad europea para tomar a tiempo las medidas que garanticen un futuro viable y próspero de energía abundante, limpia y asequible. Loyola de Palacio ha rendido, una vez más, un gran servicio, y merece el reconocimiento de la ciudadanía de la Unión. El pasado martes nos convocaba a lo que en francés calificó acertadamente como un debat de verité. Porque únicamente aquellos que no temen a la verdad son capaces de alcanzarla y transmitirla