17 octubre 2008

Loyola de Palacio


La recompensa a un duro trabajo


Por Raúl Heras -El Mundo

Tiene el nombre vasco, largo y aristocrático. Nació enla mitad justa del siglo y expresa toda la firmeza, fuerza y decisiónque lleva dentro cuando estrecha la mano, en un gesto que sorprende casisiempre a sus interlocutores. Loyola de Palacio Valle-Lerchundi, que un16 de septiembre de 1950 comenzó a llamar la "atención"en Madrid como aviso de lo que sería cuarenta años mástarde su quehacer parlamentario como portavoz adjunto del PP en el Congresode los Diputados, tiene seis hermanos, una licenciatura en Derecho trashaber abandonado los estudios de Telecomunicaciones y una decidida voluntadpolítica que comenzó a expresarse a través de su cargode secretaria general de Nuevas Generaciones, en el año 1977, cuandoManuel Fraga era el líder indiscutible de la derecha española.

Ha crecido políticamente a la sombra del fundador del PP y, en1983, tras las elecciones que convirtieron a don Manuel en jefe de la oposiciónpor la debacle de la UCD, fue elegida secretaria general técnicadel Grupo Parlamentario Popular, cargo en el que permaneció hastalos comicios de 1986. En ellos se presentó y fue elegida senadorapor Segovia, que se convirtió en su provincia de adopciónhasta hoy, ya que tanto en las elecciones de 1989 como en las de 1993 y1996 pasó a encabezar la lista de los populares al Congreso por esaprovincia.

Su carrera dentro del Grupo Parlamentario se consolidó y ellase convirtió en una de las piezas básicas de la estrategiapopular en el Congreso, tanto con Miguel Herrero Rodríguez de Miñóncomo con Rodrigo Rato. Sus hábitos cambiaron y de la austeridad enel vestir y en el maquillaje pasó a incorporar colores másalegres y menos duros. Incluso el hieratismo gestual de que ha hecho galadurante los primeros años de vida pública desaparece y dejópaso a una sonrisa abierta y confiada, alejándose de un modelo deOpus Dei en el que muchos la colocan.

Con varios hermanos dedicados a la abogacía, soltera y sin compromiso,no es muy dada a los actos sociales, y menos a las fiestas y saraos quese organizan en la capital de España. Antes, prefiere zambullirseen el trabajo y analizar todas las posibilidades del asunto que le hayanencargado o tenga que preparar para un debate, una ponencia en comisióno un informe al máximo órgano de gobierno del PP. Mujer deequipo, ha logrado sintonizar tanto con la estructura de poder interno dela calle Génova como con la del anterior Grupo Parlamentario, sindescuidar la organización madrileña -a caballo entre Ruiz-Gallardóny José María Alvarez del Manzano-, sin haberse significadoa favor o en contra de ninguna de las "familias" populares.

En 1993 una de sus hermanas, Ana, se incorporó a la políticacomo diputada europea del PP, consolidando un poco más una saga enla que destaca la capacidad de trabajo y el tesón. Miembro del ComitéEjecutivo del PP desde marzo de 1990, sus frecuentes interpelaciones alGobierno y su fogosidad y dureza en las intervenciones le han dado justafama de látigoæ tanto entre sus compañeros como entrela oposición.

Durante la pasada legislatura, Loyola de Palacio se convirtióen la mano derecha de Rodrigo Rato dentro del Grupo Parlamentario popular,en un trabajo codo a codo que le acercó aún más alentorno de máxima confianza del presidente de su partido, y que leha abierto las puertas del primer Ejecutivo de José MaríaAznar, en un ministerio difícil y en el que tendrá que desenvolversecon un ojo siempre puesto en Bruselas y en las normativas comunitarias.Sin experiencia de gestión directa, Loyola de Palacio puede ser unade las grandes sorpresas del Gabinete.