23 octubre 2008

Archivo:INTERVENCIÓN DE LA EXCMA. SRA. DÑA. LOYOLA DE PALACIO DEL VALLE-LERSUNDI, MINISTRA DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACIÓN DE ESPAÑA


29ª CONFERENCIA DE FAO

8 de noviembre de 1997

Excelentísimo Señor Presidente, Excelentísimos Señores Jefes de Delegación, Excelentísimo Señor Director General, Señoras y Señores.

Hace ya algunos años Nehru, Primer Ministro de la India, afirmó: "Most things except agriculture can wait", afirmación que hoy mantiene todo su vigor. Los hombres y mujeres que estamos aquí reunidos lo hacemos no para estar simplemente juntos, sino para hacer algo en común. Es urgente acometer una empresa colectiva de ámbito universal a favor de la agricultura, para utilizarla de una manera eficaz en la lucha contra el hambre y la pobreza.

Como muy bien ha señalado en nombre de la Unión Europea el Ministro holandés Van Aartsen hoy existen suficientes alimentos en el mundo pero lo que hay son terribles deficiencias en su distribución y aprovecho para hacer mías de manera expresa sus palabras sobre la situación de la agricultura.

España, encrucijada en las relaciones norte-sur entre Europa y África y encrucijada también entre el Viejo y el Nuevo Continente, participa de la necesidad de acometer una acción intensa en el medio internacional, y en particular en FAO.

El Rey Don Juan Carlos manifestó el 15 de junio de 1994 en Cartagena de Indias (Colombia) con motivo de la IV Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno que "hay que prestar atención preferente a los problemas que subsisten todavía como la marginación, la pobreza, la injusticia y el hambre".

No se trata de retórica sino de hechos. España ha incrementado su aportación al presupuesto oridnario de FAO hasta ser el octavo contribuyente, con más de 8 millones de dólares, aparte de otros 4 millones dedicados a proyectos con fondos fiduciarios (PESA, COPEMED, etc). Además, hay que considerar sus aportaciones para programas y acutaciones especiales, como los 22 millones de dólares para el Programa Mundial de Alimentos, o como su participación a través de la televisión española en el Programa TeleFood, impulsado desde FAO, con excelente resultado. Hay que añadir que cerca del 7% de la aportación de la Unión Europea está constituido por fondos españoles.

También ha contribuido España en los últimos tiempos con la incorporación a FAO de expertos españoles de gran competencia y capacidad para colaborar en sus tareas que, por diversos motivos, debe hacerse creciente en el futuro, merced al alto nivel de su preparación.

Por otro lado, mi país va a ser anfitrión de reuniones muy relevantes para organizar adecuadamente la agricultura y la pesca en el concierto internacional. Así, recibirá en los próximos meses a quienes han de participar en la redacción del nuevo Codex Alimentarius para Europa, al Grupo Internacional de Frutos Cítricos, y al Grupo de Trabajo sobre Economía y Estadísticas Pesqueras del Consejo General de Pesca del Mediterráneo. Además, hemos participado y continuaremos haciéndolo en los trabajos relacionados con el Compromiso Internacional de Recursos Genéticos, cuya Comisión hemos presidido.

En este aspecto, la conservación y el uso duradero de los recursos genéticos o biodiversidad agrícola, ha sido una de las principales preocupaciones de FAO en los últimos 20 años, y España ha jugado un papel clave y mundialmente reconocido. La propuesta para el establecimiento de una Comisión Intergubernamental que se ocupase de esta materia, así como el desarrollo de un acuerdo (el Compromiso Internacional de Recursos Fitogenéticos) adoptado en 1983 y de Resoluciones complementarias sobre los "derechos del agricultor", adoptadas unánimemente por FAO en 1989 y 1991, fueron iniciativas españolas. Fue igualmente España el primer país que ofreció poner su banco de germoplasma vegetal bajo los auspicios de FAO para la conservación de colecciones mundiales "ex situ".

España ha sido la puerta de entrada a Europa de los cultivos árabes procedentes de Asia y el Medio Oriente, y la entrada también para Europa y África de los cultivos procedentes del "nuevo mundo".

Por todo ello España se ha encontrado en la encrucijada más importante de la transferencia y evolución dinámica de los cultivos que hoy alimentan a la humanidad.

Por otra parte, estamos firmemente decididos a continuar colaborando con la comunidad internacional para conseguir el objetivo de que la actividad pesquera se realice en condiciones que aseguren el futuro, y con ella el aprovisionamiento de alimentos de origen marino. En esta línea, España acaba de organizar la III Conferencia Internacional de Ministros de Pesca, el pasado mes de septiembre en La Toja, que reunió a los responsables de pesca de más de 50 países, junto con la FAO. La temática elegida, el comercio responsable, respondió a nuestro deseo de abundar en este concepto, que ya se recoge en el Código de Conducta para una Pesca Responsable, en el convencimiento de que es imprescindible ampliar el ámbito del compromiso internacional en materia de conservación de los recursos pesqueros, más allá de la fase meramente extractiva, para abarcar también la comercialización.

Toda esta enumeración, sin ser exhaustiva, demuestra nuestro compromiso real mediante hechos con FAO.

Ahora bien, por encima de todo quiero poner de relieva la disposición y la disponibilidad de España para hacer efectivo el derecho de toda persona a disponer de alimentos sanos y nutritivos, que es la formulación positiva del derecho radical a no padecer hambre. Pero eso no basta, ya que debemos ser personas y no meramente seres animados. Èste es el sentido proprio de los derechos humanos, cuyas raíces tienen un estrecho parentesco con el estilo universal de la cultura española como parte de la cultura occidental, como lo prueba, por citar sólo una referencia, la "Relectio de Indiis", expuesta en la Universidad de Salamanca por Francisco de Vitoria, ante la personal presencia del emperador Carlos V de Alemania y I de España, cuyo V centenario vamos a celebrar próximamente. Nacía así el derecho internacional moderno.

El Presidente del Gobierno español, José María Aznar, ofreció en la Cumbre Mundial de la Alimentación de FAO de 1996 nuestra colaboración como Estado y como sociedad civil, a través de nuestras empresas, nuestras organizaciones no gubernamentales y nuestros profesionales, para conseguir los objetivos fundamentales que compartimos. Este ofrecimiento sigue en pie, y hoy lo quiero reiterar.

Señor Presidente, al tiempo de felicitarle por su elección y desearle los mayores éxitos, me pongo a su disposición, como lo estoy a la de todos los participantes en esta vigésimonovena (29ª) Conferencia de FAO, para contribuir en la medida de nuestras fuerzas, de todas nuestras fuerzas, al logro de los objetivos señalados.

Muchas gracias.