11 junio 2008
Archivo:Loyola de Palacio Vicepresidenta y Comisaria de Transportes y Energía de la Comisión Europea
“Cada año se pierden 350.000 horas de vuelo por la gestión ineficiente del tráfico aéreo”
Año-2004
Loyola de Palacio lleva años dedicada a dos sectores trascendentales: transportes y energía. Crear un Cielo Único Europeo e impulsar el mercado energético común son sus principales apuestas. En el abrupto camino de negociaciones a varias bandas nuestra comisaria ha de enfrentarse a graves problemas como la saturación área, el overbooking, los apagones eléctricos y la búsqueda de energías limpias y económicas.A Loyola de Palacio se le exige tener los pies y la cabeza en tierra mientras dibuja las rutas imaginarias de los cielos de Europa.
Hace años usted hablaba de su empeño por hacer realidad un “único cielo” para todos los europeos... ¿estamos a un paso de conseguirlo?
“El proyecto “Cielo Único Europeo” se encuentra en estos momentos en las últimas fases del proceso legislativo. Todavía existen discrepancias en algunos puntos, como por ejemplo el papel de los militares en la gestión del espacio aéreo y la gestión en común de zonas transfronterizas, pero hay acuerdo en las grandes líneas del proyecto. Tengo confianza en que pronto será una realidad”.
Asignaturas pendientes como el caos aéreo que provocan los retrasos: ¿encontrarán al fin solución?
“Una parte importante de los retrasos se debe a la gestión deficiente del tráfico aéreo. Muchos pasajeros han escuchado más de una vez las palabras “debido a la saturación del espacio aéreo…” como causa del retraso de sus
aviones. Se estima que cada año se pierden 350.000 horas de vuelo a causa de la gestión ineficiente del tráfico aéreo y las demoras aeroportuarias. El Cielo Único Europeo ayudará en gran medida a reducir los retrasos, pero la deficiente gestión del tráfico aéreo no es la única causa de este problema.
Será necesario luchar también contra la saturación en tierra con una política aeroportuaria eficaz que incluya por ejemplo, la intermodalidad con otros medios de transporte, y muy especialmente con el ferrocarril de alta velocidad, o la promoción de los aeropuertos regionales”.
¿Y el grave problema del overbooking?
“El problema del overbooking es de distinta naturaleza. Muchas compañías aéreas, para mejorar la ocupación de sus aviones venden más billetes que plazas hay en el avión, ante la eventualidad de que algún pasajero no se presente. De este modo, cuando se presentan todos los pasajeros con billete, algunos se queden en tierra. Esta práctica comercial vulnera los derechos de los pasajeros que deben ser compensados en caso de que se les rechace el embarque. La Comisión ha colocado en todos los aeropuertos europeos unos carteles en los que se explican los derechos de los viajeros en caso de overbooking. Ya hemos alcanzado un acuerdo: las compensaciones serán el doble de las actuales y su extensión a los vuelos no regulares y a las anulaciones de último minuto serán también realidad a principios de 2005”.
La apertura del cielo único europeo: ¿cómo repercutirá en las aerolíneas europeas?
“Las ventajas para las compañías aéreas son numerosas. Por un lado, la optimización del espacio aéreo permitirá a los aviones volar por rutas más rectas y más cortas, lo que implica un ahorro de combustible y una reducción importante de la emisión a la atmósfera de gases de efecto invernadero. La reducción de los retrasos tendrá efectos positivos en los enlaces y reducirá el riesgo de pérdida de avión. También facilitará el trabajo de los pilotos que no tendrán que cambiar tan a menudo de frecuencia de radio como ahora. Además, los nuevos sistemas automatizados de gestión del tráfico aéreo, harán más cómoda y más segura la navegación. Finalmente, el Cielo Único Europeo
contribuirá a controlar las tarifas de los servicios de navegación aérea que representan actualmente más del 5 por ciento de los costes totales de las compañías aéreas.
Se ha estimado que el ahorro anual podría alcanzar los mil millones de euros”.
¿Es previsible que se produzcan grandes fusiones?
“Cada compañía aérea tiene su propia política comercial. La liberalización del mercado aéreo ha permitido la aparición de numerosas compañías nuevas, especialmente compañías de bajo costo, que han favorecido al consumidor con precios mucho más reducidos. No es de descartar pues, que en un mercado altamente competitivo como el actual algunas compañías decidan unir fuerzas para aprovechar economías de escala.
Uno de los principales obstáculos a estas fusiones era la existencia de contratos bilaterales, denominados Open skies entre los Estados miembros y ciertos países de destino, que permitían de facto que algunas compañías aéreas dispusieran de una posición privilegiada en ciertas líneas a partir de sus aeropuertos nacionales.
Una reciente sentencia del Tribunal de Justicia ha declarado que esas cláusulas de nacionalidad en los acuerdos bilaterales Open skies eran ilegales: la nueva situación pondrá fin a los obstáculos que todavía existían a las fusiones, bajo control de la Comisión que velará para que no se produzcan situaciones de posición dominante en el mercado”.
fuente - ABC