31 diciembre 2008
30 diciembre 2008
Un libro
Un libro homenajeará a De Palacio destapando la trama en su contra ...-enlace-
6 Dic 2008 ... Un cáncer se llevó a Loyola de Palacio antes de que pudiera conocer la ...Loyola de Palacio ya había fallecido29 diciembre 2008
Loyola, amigos y Galicia
Segundo domingo de agosto. El día amaneció muy lluvioso. El agua no nos abandonó en toda la mañana. Aprovechamos un clarito para fotografiarnos delante de un gran olivo en el lugar de Pazos, Padrón. (De pie, en el banco, Dina Trenor, Loyola de Palacio y yo, flanqueados por mi hermana Ana y mi hijo Pedro).
Habíamos iniciado la etapa en el Espolón de Padrón, muy animado por ser día de mercado. Oímos misa en la iglesia de Santiago y desayunamos en el bar de la esquina. Almorzamos con José María Rivero de Aguilar en su pazo del Faramello.
Joaquín Domínguez Pereira
fecha de la foto:13.08.00.
28 diciembre 2008
Olivo
En mi ya larga vida de agricultor he visto plantar muchos olivos. Sin embargo nunca había sido testigo de que su todavía frágil tallito se sujetara al rodrigón con un nudo marinero. En esta ocasión no hubiera podido ser de otra manera. Las manos firmes, de mujer honrada y trabajadora, habituadas a estrechar las de los más altos dignatarios de todo el mundo, las de la entonces Vicepresidenta de la Comisión Europea y gran marinera Loyola de Palacio son las que están haciendo el nudo al olivito plantado por ella en el adro de la parroquia de Santiago de Carril.
Sevilla, 27 de diciembre de 2008
Joaquín Domínguez Pereira
27 diciembre 2008
26 diciembre 2008
Mi amiga Yolis, por Rodrigo Rato
La última vez que vi a mi amiga Loyola, hace pocas semanas en la casa de su hermana Ana en Washington, la encontré recuperada de sus meses de tratamiento en Houston. Hacía un mes escaso que había estado por mi casa, con Reyes Montseny, mucho más débil, pero sin dejar de ser la Loyola de siempre.
La cena en casa de Ana fue como tantas, tantas otras a lo largo de veintitantos años, desde nuestra época de cachorros de Fraga en los primeros 80.
Me despedí de las dos hermanas, las «hermanas sisters», como siempre las llamábamos, contento de ver a mi amiga venciendo al viejo y terrible conocido de su familia, como Ana lo había hecho hace unos años. Pero el cáncer se la ha llevado.
Cuando recibí la noticia desde Madrid, me sorprendí a mi mismo no llorando. Tenía la sensación de tenerla a mi lado y decirle como tantos cientos de veces: «Hola Yolis».
Una vez más, la muerte se lleva a los mejores. Mi amiga era una gran persona fuerte, cariñosa, inteligente, buena y leal. Muchos sólo conseguimos ser una cosa, como mucho. Loyola era muchas y buenas.
Loyola era una de las mujeres de mi generación que han transformado el papel de la mujer en nuestra sociedad, siendo capaces de tener las mayores responsabilidades y sacándolas adelante mejor que bien.
Loyola se ha marchado joven pero ya había vivido plenamente. Una vida completa que vivía con intensidad: su familia, sus amigos, sus ideas, sus ambiciones.
La vi luchar y triunfar en España, la vi triunfar en la Comisión Europea. Me sentí muy orgulloso de ella.
Se ha marchado sabiendo cuánta gente la quería. En estos meses de enfermedad, sus amigos la cuidamos y le hicimos sentir lo importante que era para nosotros.
Hemos perdido a alguien que iba cada vez a mejor. Loyola estaba en su mejor momento, personal y profesional. Pero deja ya un ejemplo de que ser persona vale la pena, no hace falta perder la identidad para triunfar.
Ella siempre fue fiel a sí misma y así era fiel a los demás.
Yo viví mucho y muchas cosas con ella. Aún me debe el cuadro de mis hijos que me prometió ahora que, además, era pintora. Ya me lo dará.
Yolis, te voy a echar mucho de menos.
25 diciembre 2008
24 diciembre 2008
''A Loyola, que estás en el cielo''. Artículo de Severo Moto Nsá
“Sé que quieres que te reciba mi hermana. La hablaré…” Estas son las últimas palabras de fuerte sabor maternal que recibí de Loyola.
Ella había sido invitada por el Partido Popular de Fuenlabrada, en una fiesta de Navidad a la que también fui invitado. Perdido en medio de la multitud de militantes que atestaban el gran salón de recepción, fui descubierto por ella. No solo me invito con la mano a acercarme, sino que abandonó la tribuna, se me acercó y me dio dos besos. ¡Como siempre!
Conocí a Loyola de Palacio en el año 1.979. Era una dinámica y arrolladora Secretaria de Luís María Ansón, entonces Presidente de la Asociación de la Prensa. Viajamos luego juntos, a Méjico para asistir a la entrega de los Premios Efe, de Periodismo al calor del mismo Luis M.Anson. En este mismo viaje se creó la FIAP (Federación Iberoamericana de Asociaciones de Prensa) de la que, desde entonces, como periodista guineo ecuatoriano, soy miembro fundador.
Luego, al exiliarme en España, en el invierno de 1.982 y fundar el Partido del Progreso en Madrid, un año después -muy especialmente al fundirse el Partido PDP y AP para la botadura del Partido Popular- Loyola de Palacio volvió a irrumpir en mi vida, tendiendo sobre el Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial un verdadero manto de ayuda, protección y compañía.
Era Loyola de Palacio una de las manos del Partido Popular tendidas al Partido del Progreso. Mano ungida del calor de la amistad y el mutuo y sincero respeto; compañera cristiana y democrática que dejó siempre muy claro, sin ambages ni remilgos su cariño por Guinea Ecuatorial por el hilo conductor del Partido, amigo, del Progreso. Fuimos fervientes consultores de Loyola, en aquellas reuniones, aderezadas de almuerzos cordiales en el Senado. Sentíamos en nuestras venas políticas el empuje de Loyola que parecía querer romper barreras y situarnos a las puertas del triunfo electoral en Guinea Ecuatorial.
Recibió con gran atención e interés el nacimiento del Gobierno de Guinea Ecuatorial en el exilio. Anduvo, decidida, el largo camino de un encuentro con su hermana Ana, Ministra de Asuntos Exteriores. Camino que quedó truncado; encuentro que quedó colgado en la serena frase de la Ministra Ana, al referirse al Gobierno de Guinea Ecuatorial en el exilio: “ Es un fenómeno que vamos a estudiar”
Se nos ha ido nuestra Loyola de Palacio, como un soplo de Dios, por los arrabales de la Eternidad. Ahora es más amiga, más compañera, más madre del Partido del Progreso. Ahora nos tararea: “…Aunque me voy, yo volveré…”
Posamos, Loyola de Palacio, sobre tu tumba, lágrimas africanas congeladas para siempre en tu recuerdo. ¡Agur jaunac!Nota: Loyola de Palacio, Ministra de Agricultura con José María Aznar y vicepresidenta de la Comisión Europea, murió anoche a los 56 años de edad víctima de un cáncer.
23 diciembre 2008
Loyola de Palacio, icono de la política española
Loyola de Palacio, icono de la política española Vicente R. Gutiérrez desde su observatorio Publicado el 21.12.2006 13:11 Por Vicente R. Gutiérrez Santos | |
- Se nos ha ido rápidamente. Sólo cinco meses de proceso de un cáncer que se detectó en el verano 2006. Fue atendida en el Anderson Hospital de Houston, Texas. Aparentemente había mejorado, por lo que sus médicos le permitieron venir a Madrid para participar como Ponente en un Seminario sobre Asuntos Sociales esta misma semana. Un sorprendente cambio provocó un ingreso urgente en el Hospital de Madrid 12 de Octubre, donde falleció hace pocos días, en plena Fiesta de Santa Lucía (13 de diciembre).
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- Loyola nació en Madrid el 16 de septiembre de 1950, pero se sintió una mujer profundamente vasca por su familia. Admiraba a su padre, Luis María de Palacio y quedó al frente de sus seis hermanos, ya que era lamayor (22), cuando falleció su madre, Luisa del Valle-Lersundi, mujer de familia ligada con la colonia española de Cuba. Su apellido fue muy conocido en la Cuba del siglo XIX. Tenía 22 años cuando se quedó al frente de todos sus hermanos, ya que era la primogénita. Se había graduado en el Liceo Francés y después estudió Derecho en la Universidad de Madrid.
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- Y después... se interesó a fondo por la Política. El Franquismo tocaba a su fin y Loyola quiso formar parte de la Transición Democrática. Necesitaba un padrino, un segundo padre y este lugar lo ocupó Don Manuel Fraga Iribarne, otra mezcla con el propio país vasco.
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- Loyola fue la primera presidenta de Nuevas Generaciones, título innovador en la juventud española, bajo Alianza Popular primero y después bajo el Partido Popular. Realmente, inicia oficialmente su carrera política como Senadora por Segovia en 1986, año en que España se integró en la Comunidad Europea (hoy UE). Su ritmo de trabajo fue calcado de su padrino Don Manuel Fraga. Trabajaba todo el día para la política de España. Como se dedicaba tan profundamente a su quehacer político dio un salto en su propia vida familiar, aunque siempre mantuvo el nexo con sus hermanos y sobrinos.
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- Su labor en el Senado fue muy luchadora parar influir en el cambio de dicha Cámara, bajo el sistema democrático, que curiosamente estaba considerada de menor peso e influencia que el Congreso de Diputados (en otros países como EEUU el Senado tiene más categoría por sus funciones y responsabilidades. Ella lo sabía). En 1989 cambió del Senado al Congreso de Diputados y quedó protegida por los dos leones que presiden su acceso exterior.
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- Entonces surge el cambio presidencial del Partido. José María Aznar sustituye a Don Manuel Fraga como máximo responsable del Partido Popular. Aznar se presenta a las elecciones de 1993, pero aún Felipe González (PSOE), se mantiene en el poder. No obstante, siguió perdiendo credibilidad por el pueblo español y en 1996 (elecciones anticipadas), José María Aznar derrota a Felipe González.
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- Loyola es nombrada entonces Ministra de Agricultura que ocupa durante tres años. En 1999, con dicha experiencia en el Estado Español, encabeza la lista del PP en las elecciones europeas. En principio hubiese deseado haber seguido luchando en su patria, pero ahí empieza a elevar su despegue político en Bruselas, bajo la Unión Europea, cubriendo dos posiciones clave: Comisaria de Transportes y Energía y Vice-Presidente del Consejo, siendo una estrecha colaboradora de Romano Prodi, actual Presidente de Italia.
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- Este salto en Bruselas, capital de la Unión Europea, realmente convirtió a Loyola en la mujer española de más altos kilates políticos España en la Europa moderna. Fue reconocida su influencia en el mundo europeo de hoy ya que por otro lado, siempre siguió la trayectoria de la política interna de España, su Patria. Su entrega fue tal que asombraba a sus propios compañeros, incluso del PSOE, como el economista Pedro Solbes, hoy Vice-Presidente en el gobierno de ZP. Loyola tenía una consigna: “la única batalla que no se gana es la que no se da”.
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- Esto retrata a la mujer luchadora, responsable, entregada y volcada en su labor que tenía un gran alcance porque - a mí me consta personalmente - colaboró muchísimo en la lucha contra Castro por el proceso cubano que ha durado casi medio siglo. Incluso hizo un viaje a La Habana y las autoridades del Aeropuerto José Martí no la dejaron pasar y visitar la capital. Tanto era el temor que el gobierno castrista tenía de esta mujer cuyas ideas eran firmes. Loyola fue una gran amante de Cuba, por la propia herencia de su apellido materno, y amiga de nosotros, los cubanos que aún mantenemos ese espíritu de lucha por el cambio. Loyola, acusada por los socialistas de pertenecer al Opus Dei, se carcajeaba y razonaba: ¿Cómo voy a pertenecer al Opus si me llamo Loyola?
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- Loyola de Palacio del Valle-Lersundi: has muerto muy temprano. Aún el mundo de la política pudo haber aprovechado tu aporte diez o quince años más. Tal como te dije una vez, el día que diésemos la vuelta al calzador con respecto a la Nueva Cuba, tú serías nombrada “Hija de Honor de la Patria Cubana“.
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- Loyola, descansa en paz. Te lo mereces y lo has ganado. No te olvides de nosotros, españoles y cubanos, ya que los resultados de tu cosecha durante largos años de Nuevas Generaciones, Agricultura, Transporte y Energía darán unos frutos exquisitos para la UE. Algunas lágrimas nuestras te ayudarán.
- Vicente R. Gutiérrez Santos,
- Desde mi Observatorio en Madrid
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22 diciembre 2008
CD
LOYOLA - Circulo de Dirigentes-enlace a artículo-
Loyola de Palacio era una mujer vasca, que a lo largo de su vida fue una excepcional servidora de España. Conociéndola bien, aún me ha sorprendido que es ...
21 diciembre 2008
Entrevista
PDF]
Entrevista con Loyola de Palacio*
Loyola de Palacio*. Europa ha dejado de ser un campo de batalla ... España está entre los fundadores del euro porque el Gobierno de José María Aznar hizo ...
20 diciembre 2008
Cardenal Law ofició un funeral por Loyola de Palacio en basílica de Roma
Feb 02, 2007
El cardenal Bernard Francis Law, arcipreste de la basílica romana de Santa María la Mayor, ofició hoy en este templo muy ligado a España una misa funeral por Loyola de Palacio, a la que asistió su hermana Ana, ex ministra de Exteriores, y el titular de Desarrollo Económico italiano, Pierluigi Bersani.
(Terra Actualidad - EFE, 01-02-2007) Law resaltó en la homilía -pronunciada, como toda la misa, en italiano- la figura de la que fuera ministra en el Gobierno de José María Aznar y vicepresidenta en el ejecutivo comunitario que presidió Romano Prodi, afirmando que De Palacio creía firmemente en la Europa unida y en el derecho de las personas a vivir en un mundo de justicia y paz.
El purpurado subrayó la fe de Loyola de Palacio y añadió que la fallecida 'nunca aceptó la dicotomía entre fe y vida'.
'Que su vida de fe y de servicio a la sociedad sirva de inspiración a las generaciones futuras', abogó Law.
Law recordó que Loyola de Palacio siempre que venía a Roma y podía se acercaba a la basílica de Santa María la Mayor para rezar.
'Era su lugar preferido, aquí buscaba conforto y paz y por ello es justo que hoy celebremos aquí la misa, en un lugar que además está muy ligado a España y tiene al rey don Juan Carlos I como protocanónigo', añadió el cardenal.
También destacó que Loyola se llamaba Ignacia de Loyola, como el santo español, que en esta basílica ofició su primera misa.
A la misa funeral asistieron un centenar de personas, entre ellas el embajador de España ante Italia, José Luis Dicenta; el ministro consejero de la embajada de España ante la Santa Sede, Luis Belzus, y otros representantes de las legaciones diplomáticas españolas en Italia y el Vaticano.
Además del ministro Bersani, también asistió el ex ministro italiano de Trabajo Tiziano Treu, amigo de Loyola.
El cardenal Law concelebró la misa con el que fuera 'ministro de Exteriores' del Vaticano y actual gobernador de la Ciudad del Vaticano, el arzobispo Giovanni Lajolo, y varios sacerdotes españoles de la Curia.
Santa María la Mayor es una de las cuatro grandes basílicas de la Roma junto con San Pedro del Vaticano, San Juan de Letrán y San Pablo Extramuros. Pertenece a la Santa Sede.
El templo, que data del papado de Sixto III (432-440), está muy ligada a España y por una bula del papa Inocencio X todos los reyes de España son protocanónigos de la Basílica.
El emperador Carlos V donó al Papa Alejandro VI el primer oro procedente de América, con el que se doró el artesonado de Santa María La Mayor.
Posteriormente, en tiempos del rey Felipe IV y en virtud de la Bula 'Hispaniarum Fidelitas', se instauró que cada año España entregase el óbolo (donativo) a la basílica y se celebrasen solemnes celebraciones eucarísticas en la misma con motivo de la festividad de San Fernando (el 30 de mayo) y en otras ocasiones, como el 8 de diciembre, festividad de la Inmaculada Concepción.
19 diciembre 2008
La campaña de 1999
Miércoles, 19 de mayo de 1999
Con un teléfono móvil plateado en la mano, su casta camisa de flores ya descolocada, Loyola -así, sin apellido, es como la llaman todos- echa la cabeza hacia atrás en el asiento de su furgoneta y exclama: «Voy a sofronizarme para tragarme este sapo sin responder como se merecen». Mientras la monovolumen en la que viaja con su jefe de campaña y los escoltas consume kilómetros a toda velocidad, la candidata ha recibido una llamada en la que le dicen que Manuel Chaves la ha acusado de corrupta por el tema del lino.
No es que haya perdido del todo su impenitente sonrisa, pero se la ve preocupada e indignada. «Estoy hasta el gorro del lino, hasta el gorro de la demagogia de los socialistas». En un primer momento, duda si responder o no con dureza a estas acusaciones. Finalmente, opta por mostrarse moderada, para lo cual ha de hacer grandes esfuerzos de contención. Cree que con estas tonterías, al final en Bruselas se van a cabrear y pueden correr peligro las subvenciones de este cultivo.
Desde que fue elegida por Aznar para ocupar el número uno de la lista del PP al Parlamento Europeo, Loyola de Palacio no ha parado. En realidad, no ha parado durante toda su vida, pero ahora va a matacaballo. «Necesito pantalones, pero no tengo tiempo de ir de compras». Su hermana, Ana, que también va en la lista europea, quiere a toda costa modernizarla y le ha comprado un traje azul. «Es precioso, me lo pondré la noche electoral». Hoy, 17 de mayo, ha elegido adentrarse en territorio Bono. «Sé que es difícil ganar aquí, pero hay que intentarlo». Primera parada: Campo de Criptana, el pueblo de Sara Montiel. Cueva típica «La Martina», rodeada de molinos de viento. Comida con dirigentes locales y cooperativistas.
Loyola decide olvidarse de su pretensión de adelgazar de aquí a las elecciones. «Prueba estas gachas, están riquísimas». Ella advierte a los comensales de que deben cambiar la variedad de uvas que cultivan y les explica cómo se las gastan en Bruselas: «O andas muy listo, o te quitan la cartera, muy amigos, muy amigos, pero la burra en la linde».
Y el lino, otra vez. «Bono y los socialistas, con tal de dejarme a mí tuerta, son capaces de dejar a todo el mundo ciego». «A todo cerdo le llega su San Martín», responde alguien mientras van cayendo botellas de vino Macabeo. Un admirador se lamenta: «Aquí siempre hemos tenido ministros de Agricultura tontos, para una vez que nos sale lista se tiene que ir». «No me voy a la Luna», contesta ella. Con palabras parecidas se bromea en el PP. «Loyo, ya sabes, no hay mejor forma de salir del Gobierno que haciéndolo bien», le dijo el otro día un compañero de partido.
De Puerto Lápice a Pedro Muñoz, también con alcalde socialista. De charla con agricultores a visita a un colegio de educación especial. En el partido lo han creído conveniente para demostrar que la sensibilidad social no es sólo cosa del omnipresente José Bono. Los dirigentes populares castellano-manchegos se sienten inermes ante el presidente socialista de la Junta. No saben cómo vencerle. A Domingo Triguero, celebridad regional del PP, se le ocurre una forma: «La única que le ha plantado cara como se merece es Loyola, si se presentara aquí, ganaría de calle».
Entre fábrica y fábrica, apenas le da tiempo a peinarse. Todos quieren que se pase por su empresa. Sin parar un segundo, cierra el día con un mitin en Alcázar de San Juan, otro feudo del PSOE. La asistencia es discreta. Ya de vuelta a Madrid, a las doce de la noche, La candidata oye en la radio que Marcelino Oreja ha renunciado y ella será la futura comisaria. No dice nada, sólo sonríe. «Espero que nos toque una comisaría con competencias importantes, como Dios manda».
18 diciembre 2008
Homilía sobre Loyola de Palacio (Misa-Funeral, 20/12/2006)
Como decía al empezar y de acuerdo a lo que hemos escuchado en la primera lectura del libro de los Macabeos “es una costumbre piadosa y santa rezar por los que han muerto”. Es lo que habéis querido hacer esta tarde los amigos y compañeros de Loyola de Palacio y por eso estamos aquí.
En las noticias de TVE, el día del entierro de Loyola, aparecía en imagen su hermana Ana y decía que había muerto una gran mujer, una buena española y una buena europea. Son algunas de las cosas que se pueden decir de Loyola. Ella se ha marchado discretamente, como discreto fue su hacer también en su profesión: la política.
Los compañeros de partido habéis querido celebrar este funeral por el eterno descanso de su alma. Después de nuestra jornada de trabajo os habéis querido reunir aquí en esta Iglesia, para rezar por ella. Lo hacemos en esta oración que la Iglesia de todos los tiempos y lugares eleva a Dios en los momentos de pena y dolor por la despedida a una persona buena y querida que ha partido de entre nosotros. Cuando alguien nuestro se muere, los cristianos nos reunimos en la Iglesia para recordar la Muerte y Resurrección de Jesús, triunfador del Pecado y de la Muerte para siempre.
La vida humana muchas veces está llena de contradicciones. De hechos absurdos. La misma muerte es uno de ellos.
Y sin embargo San Francisco de Asís, haciendo un hermoso canto a Dios creador, dice: “Te alabamos, Señor, por nuestra hermana la Muerte, compañera de viaje de todo viviente“. ¿Se puede alabar a Dios por la muerte?. Si queréis es como el evangelio que acabamos de escuchar. Hemos oido que decía: Dichosos los pobres, Dichosos los que lloran, Dichosos los perseguidos… Es un lenguaje extraño porque los humanos en general creemos que la felicidad es algo muy distinto. Solemos repetir mucho la frase: “la felicidad no es el dinero, pero ayuda mucho“, y es feliz el que no tiene ninguna preocupación… Dicho como lo acabamos de escuchar en el Evangelio, así, parece el mundo al revés… Como alabar a Dios por la “hermana muerte”.
Por eso con mis palabras, ante la muerte de vuestra compañera y amiga Loyola, os quisiera ayudar a creer que, a pesar de lo absurdo de la muerte, es en ella donde los seres humanos comienzan el camino hacia la felicidad.
Y por eso, en esta tarde y desde la fe que animó la vida de Loyola de Palcio, os quisiera decir: A PESAR DE LA MUERTE, CANTEMOS A LA VIDA.
Sí, cantemos a la vida, porque hay motivos para hacerlo. El dolor y la misma enfermedad es un motivo para ello. A nadie nos gusta estar enfermos ni tener a nuestros familiares o amigos enfermos, pero a la larga, es para nosotros una experiencia que nos hace ser pobres en el sentido que hemos escuchado en las Bienaventuranzas. Porque nos hace dar todo lo que tenemos. Nos hace palpar qué quiere decir ser persona. Nos hace ver que el ser humano no será nunca dueño de la vida. Porque la vida es Dios y estamos en sus manos. Esto cuesta aceptarlo. Pero es la clave del secreto. Es entonces cuando se entiende que se diga: “Te alabamos, Señor, por la hermana muerte“.
Yo no creo en un Dios mágico, que cura a nuestros enfermos apenas se lo pedimos. Pero sí creo en Jesucristo, que nos predica a un Dios que no ha pasado de largo ante el dolor humano, sino que se acerca a él. Y se acerca tanto, con su Hijo Jesús, que él también murió de una manera injusta.
Por esta razón, ahora cantamos a la vida. Y podemos decir gracias, Señor, por todos los beneficios que has dado en esta vida a nuestra hermana y a través de ella a los que la rodeaban. Gracias por su lucha, trabajo y contribución para hacer una España mejor, gracias por su ilusión por construir una Europa de futuro. Gracias… por su discreción, como dije al principio.
Cierto, los que la veíamos de lejos, entendimos que era una mujer que no iba de estrella. La discreción creo que es una virtud que define su vida y su acción. Así ha sido también su muerte. Se ha ido muy calladamente.
Y junto a la discreción la eficacia. Creo que es un buen ejemplo para los que os dedicais a la política. Necesitamos menos políticos estrellas y figuras que aspiran sobre todo a mantener sus cotas de popularidad y más personas discretas y eficaces que trabajen por el bien de los ciudadanos.
Nosotros, ahora, damos gracias a Dios por su vida y oramos por ella. Confiamos que Dios la tenga en su Reino. Que esta esperanza nos ayude a seguir adelante con confianza.
P. José Magaña
Coordinador de la Pastoral de Lengua Española en Bélgica
17 diciembre 2008
En la prensa el día 13 de diciembre
España Liberal -
Cuando hizo público ese comentario pocos días después de enterarse de su fulminante enfermedad, Loyola de Palacio no hizo sino reafirmar la que ha sido su ...
Loyola de Palacio no te olvidamos España Liberal - El recuerdo imborrable de Loyola permanece en toda su gente que cada día la echa de menos... No es fácil escribir sobre alguien tan grande como política, ... |
soitu.es -
En la imagen, la política española fallecida Loyola de Palacio con el actual ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos. ...
16 diciembre 2008
15 diciembre 2008
LOYOLA, LA VALIENTE por Hermann Tertsch
21 abril 2007
LOYOLA, LA VALIENTE por Hermann Tertsch
In memoriam
LOYOLA, LA VALIENTE
Loyola vino a verme con una inmensa botella de Moët Chandon contraviniendo las normas de la Fundación Jiménez Díaz. Venía encantada, recién llegada quién sabe de dónde como siempre. Era septiembre del 2005 y horas después de que una feliz biopsia constatara que el pedazo de pulmón que me habían quitado sólo albergada alguna siniestra basurilla encapsulada inofensiva, recuerdo de alguna infección propia de la biografía insana de un corresponsal fumador en el Este de Europa. Sus inolvidables dedos domeñaron el alambre, saltó y sonó el corcho y Loyola soltó un brindis teutónico, un “prosit” en voz alta y clara, con esa sonrisa ancha y aquella mirada limpia que siempre han sido para mí esos envidiables y emocionantes signos de vitalidad que Loyola emitía siempre como permanentes gestos de amor a la vida.
La historia se repetía. Treinta años antes había sido la prima Loyola la primera en asomarse también a una cama de hospital en Segovia donde yacía yo con una perforación de estómago de la que salí vivo como siempre con mucha suerte. Allí estaba la jovencita conductora temeraria con mi madre, Felisa, la hermana mayor de la suya, muerta ya, muy joven, también de ese cáncer que acecha en la familia por todas las ramas del árbol.
Allí estaba ella sonriente, vital, optimista, imbatible. La que, desde que éramos muy pequeños en nuestra casa familiar en Deva y en Urrijate, nos sacaba de la cama para insuflarnos vida y actividad, optimismo y curiosidad, para llevarnos a la playa también cuando el monte Arno tendía su capota de nubes sobre las laderas y parecía querer condenar a los niños a no ver el sol. Nos torturaba con la agitación al baño y la inmersión en una playa de Saturrarán, frente a la casa del viejo Areilza, en la que la única de la familia que se atrevía a bañarse con aquellas nubes era ella y todos los que hacían pesca submarina se desviaban discretamente hacia el bar cuando se enteraban de que Loyola saldría de las pozas con más lubinas, pulpos y sargos que nadie.
Loyola era mucha vida y risa. Pero su vocación por sacarnos a los pequeños de la casa para bucear o nadar sólo era una vertiente más de la vocación que tenía por hacernos vivir la vida abierta sin miedos, embustes o refugios gratuitos. Lo hacía en la mar, en el velero y en la pesca y lo hacía en un terreno como el político donde poca gente tan generosa ha desplegado su fantasía, valor, pundonor y energía sin el menor temor sobre las consecuencias de sus actos y palabras por saberse profundamente inmensa en la sinceridad inmediata.
Estaba fascinada con Manuel Fraga Iribarne, un reformador pero ante todo un político con vocación de integración y claridad y proyecto de Estado. Aún estaban lejos unos relativismos culturales y políticos que Loyola detestaba porque los consideraba la antítesis de la tolerancia y una nueva forma de supersticiones políticas y del encanallamiento fácil que sólo desarma a las sociedades frente a los totalitarismos. Loyola detestaba esos determinismos a los que yo entonces me atenía como izquierdista, porque creía en el ser humano y en su esencia y abominaba de los experimentos sociales.
Loyola y yo en los años setenta hablamos mucho de política desde extremos opuestos y yo hoy sé que ella hablaba desde la convicción limpia y yo desde las tablas de las ideas que sujetan al yo y no al contrario. Mis amigos y camaradas por entonces estaban en el Partido Comunista de Euskadi. Mucho nos divertimos y peleamos. Gracias a Dios ganó ella. Al menos entonces. Pero ambos sabíamos, también los demás en la familia, que éramos parte de una España que surgía en pluralidad y que por primera vez consideraba las tragedias de los enemigos de la guerra como dramas propios y que el luto por los muertos de la familia no era otro que el necesario por todos los asesinados en una guerra terrible cuyas cicatrices sólo podían curar con la compasión hacia todos.
Nadie puede imaginar cuánto tuvimos en común Loyola en sus Nuevas Generaciones de antaño y yo, el joven arrogante comunista del EPK, ya lector de Semprún, de Glucksmann, de Solzhenitsin, de Bulgakov y Michnik. Loyola los leyó a todos también. Y ella más que nadie supo desde su amor a la libertad y su rigor hacia la verdad, su devoción para con los hechos, ver cuáles son los mimbres tenues y buenos con los que se teje la convivencia civil en dignidad.
Fue ministra, comisaria europea, política sabía y dura a un tiempo, fiel seguidora de esa convicción si no marxista sí enciclopedista, profundamente ilustrada y liberal de que la mejor política la hacen la aptitud, la competencia, el estudio y la pasión por la gente, por la vida y por la libertad de todos nosotros de crearnos una realidad en la que poder ejercer nuestras ansias de felicidad, nuestro derecho a buscar el amor y la plenitud con la rotundidad que nuestra identidad como seres humanos, como personas dotadas de alma con vocación de trascendencia exige. Disfrutaba a raudales con la vida, con la acción como con el pensamiento que en los últimos años tuvo su quiebro reflexivo.
Esta mujer católica, vasca, española, europea y libre era puro amor a la vida y se convirtió, sin saberlo ni pretenderlo, en ejemplo, como se vio cuando murió.
Mucha mezquindad de quienes temían su honestidad, valentía y brillantez tuvo que retirarse avergonzada. Y el testimonio de reconocimiento demostró lo faltos que estamos de personas de la estatura de ella, de Loyola.
Loyola creía en la política como vocación de servicio. Creía en el ser humano como fuerza inagotable de riqueza, pensamiento y amor. Y creía en la sociedad como estructura en la que la política fomenta la felicidad de estos seres humanos que son en sí mismos el tesoro de la vida inteligente.
Ella celebró varias veces que yo no me muriera y, al final, me hizo ese triste quiebro de irse antes que yo. Pero sé que ella siempre supo que aquello no era el final y a mí me tiene cada día más cerca en esta magnífica fuerza.
Loyola, como todas las otras almas gemelas y amigas que me acompañan en uno u otro momento del paso por esta vida, son mi guía y mi compañía en una singladura que yo no creo ni mucho menos tan breve como nuestras vidas aparentan.
LOYOLA, LA VALIENTE / HERMANN TERTSCH
Número 14 de la revistaCuadernos de Pensamiento Político FAES
Lea el Sumario del Nº 14
-nuestro agradecimiento a FAES-
14 diciembre 2008
Loyola por su hermana Ana Palacio
Loyola por su hermana Ana Palacio
No nos cansaremos de publicar este artículo porque nadie mejor que una hermana para saber todo de otra hermana y sentir su ausencia:
Loyola, sin más, porque ella sola llenaba un nombre. Un nombre que se ha desbordado en lágrimas; en pesar por su pérdida. En marea de respeto espontáneo. Un auténtico fenómeno social. Un nombre que, con su muerte, han hecho suyo tantos españoles, tantos europeos, como referente de valores.
Mi recuerdo se ancla en una tarde en que, como tantas veces, hacíamos los deberes después del colegio compartiendo mesa, y yo protestaba ante la letanía de un «rosa, rosa, rosam, rosae, rosae, rosa» que Loyola se esforzaba en memorizar, en voz alta y a zancadas por la habitación. Empezaba con el latín, luego tenía diez años.
La estoy viendo, larguirucha todavía entonces, con un halo de fragilidad que en su época adulta pocas veces afloraba, y que volvió a ella en el momento de su muerte. Supongo que en parte para amainarme, me pidió que le ayudara dándole la réplica en unos versos que tenía que aprender. En aquellos tiempos, y en particular en el Liceo Francés en el que ambas nos formamos, el sistema educativo marcaba énfasis en la memorización de textos, sobre todo prosa literaria y poesía, que solía dar lugar a representaciones cortas, entremeses de aficionado sobre la tarima, con el encerado de fondo y nuestros compañeros de clase como público; ejercicios de retórica que tanto nos ayudaron a superar las dificultades que hablar en público conlleva, y que nos han proporcionado un rico bagaje de citas para acompañar la vida (cuántas veces al recodo de alguna intervención o incidente en el Parlamento Europeo, Loyola desde su asiento de vicepresidenta de la Comisión, se giraba en dirección a mi escaño, y en el movimiento de sus labios, entre dos sonrisas, podía yo leer el fragmento de Moli_re, Montaigne, Lope o Unamuno que también a mí me había venido a la memoria).
Aprovechando las interrupciones, le pregunté insistentemente por qué se había pedido ser el roble, cuando el roble lo acababa arrancando el viento («Du bout de l´horizon accourt avec furie/ Le plus terrible des enfants/ Que le Nord eût portés jusque-là dans ses flancs./ (...) Et fait si bien qu´il déracine/ Celui de qui la tête au Ciel était voisine/ Et dont les pieds touchaient à l´Empire des Morts» -Del fondo del horizonte acude con furia/ El más terrible de los hijos/ Que el viento jamás llevó en su seno/ (...) Y termina desarraigando/ Aquel cuya cabeza al Cielo alcanzaba/ y cuyos pies se hundían próximos al Imperio de los Muertos-.
Loyola parecía no escucharme, hasta que, aprendido el fragmento, con amago de reverencia de fin de función ante su invisible público, y en tono no exento de desafío, me espetó un «es que yo, en la vida, quiero ser roble», antes de desaparecer, supongo que rumbo a la cocina pues para entonces ya era hora de cenar.
En Loyola tirios y troyanos reconocen hoy la valentía en la defensa de las ideas y los ideales, ese no dejarse llevar por las lentejuelas de los sondeos de opinión que en más de una ocasión la situó en incómodas posiciones minoritarias. Loyola es hoy símbolo de coherencia: una trayectoria que no varió en sus fundamentos desde su bautizo político cuando, pocos días después de la muerte de Franco, participó en un programa en la televisión francesa sobre la España del futuro. Y reconocen su idea clara de España, de la España plural a cuya Euskadi ella se identificaba (en la familia, vascos pero no euscaldunes, Loyola fue la primera en aprender la lengua que tanto la unía con la tierra). Del lugar de España en Europa, del ser europeo de España, desde la rabia infantil de aquel Liceo Francés en donde tantas veces escuchábamos que Europa terminaba en los Pirineos.
Leer en Fuente original: ABC
13 diciembre 2008
13 de diciembre de 2008
Han pasado dos años desde que estás en el Cielo, porque sólo puedes estar ahí y de alguna manera sigues con todos los que te quisimos y te queremos como siempre.
Tu familia y tus amigos te echamos de menos cada día, nuestras vidas han ido cambiando pero todos seguimos echándote de menos como el primer día.
Hoy es un día triste para todos los que te queremos, te has ido muy pronto y cuando más falta nos hacías a todos y no hablo de la política, hablo de tu familia y tus amigos por no decir también de una España que contigo tendría un rumbo seguro.
Besos de todos los tuyos, Loyola
12 diciembre 2008
Homenaje a Loyola: Hemos elegido el artículo de Lucía Méndez publicado en El Mundo
Loyola de Palacio, una política batalladora hasta el final
LUCÍA MÉNDEZ - El Mundo - España
Sábado, 16 de diciembre de 2006
Los curas y los psicólogos que atienden a los enfermos terminales suelen decir que las personas mueren igual que viven. Loyola de Palacio murió como vivió. A toda velocidad. Sin pararse ni un minuto. Sin darse pena. Sin flagelarse. Sin dejar que sus amigos le preguntaran los detalles de una enfermedad que la fulminó en apenas cinco meses. Sin parar de hablar de política, de la pesca, de los sobrinos, de la casa familiar, del bebé recién nacido de su hermana Urquiola, de Fraga, de Rato y de todos los demás.
Sin permitir que nadie le tuviera compasión, convencida hasta el último suspiro de que aún le quedaba mucha guerra que dar en los próximos años. Loyola de Palacio vivió y murió como lo que fue: una mujer valiente e intrépida. De haber nacido en otra época, Loyola habría sido aventurera o exploradora. A pesar de que llevaba la enfermedad en los genes, ella nunca se dio por aludida. Sufrió y temió por su hermana hasta que Ana venció al cáncer, pero por ella misma nunca tuvo miedo, aunque su madre murió muy joven de la misma enfermedad.
Siempre se sintió una mujer profundamente vasca, aunque nació en Madrid, y las mujeres vascas no flaquean. Ni siquiera cuando se notan, como ella, una tos de origen desconocido y fuertes dolores en la espalda, como le sucedió este verano mientras practicaba el submarinismo.
Loyola de Palacio del Valle-Lersundi nació en Madrid el 16 de septiembre de 1950 en el seno de una familia de origen aristocrático. Fue la mayor de siete hermanos, tres chicos y cuatro chicas, que siempre han sido una piña, a pesar de vivir desperdigados por medio mundo. Recibió una esmerada educación en el Liceo Francés, aunque la muerte la golpeó temprano. Cuando tenía 21 años le dijeron que su madre se iba a morir de cáncer de pulmón.
Y dos días después de cumplir 22, se convirtió ella misma en la madre de todos sus hermanos, al fallecer Luisa del Valle-Lersundi. "Alguien tenía que torear y me tocó a mí", recordaba años más tarde.
Loyola sentía una especial adoración por su padre. Un retrato de Luis María de Palacio, un hombre joven y atractivo, preside el comedor familiar de su casa de Madrid. Ella solía decir que tal vez nunca se casó porque no pudo encontrar un hombre como su padre. Y si tampoco nunca sintió la necesidad de tener hijos no fue solamente porque vivía casi como una aventurera, de avión en avión, de Madrid a Marquina o de Galicia a Nueva York. También fue porque sus hijos fueron sus hermanos desde la muerte de su madre. Años más tarde, los Palacio se quedaron también huérfanos de padre, y ello les unió si cabe aún más.
Primera presidenta de Nuevas Generaciones La fiebre de la política prendió pronto en la licenciada en Derecho por la Universidad de Madrid. De la mano de Manuel Fraga, que siempre fue su segundo padre, se convirtió en la primera presidenta de Nuevas Generaciones de Alianza Popular, nombre que ella misma le puso a la organización juvenil del partido de la derecha española.
Aunque su verdadera carrera política comenzó cuando fue elegida senadora por Segovia en 1986. De Fraga aprendió a dedicar 24 horas sobre 24 a la actividad política. Ella, como él, era capaz de recorrer un recinto ferial en cuestión de minutos, mientras sus colaboradores apenas podían seguir su ritmo. "Dejar de fumar y correr un poco más". Loyola siempre fue una mujer de costumbres sanas, deportista, amante del desayuno con pan y aceite de oliva.
Como senadora por Segovia asumió el cargo con todas las consecuencias, algo que fue una constante en todos los sitios por donde pasó. Se compró una casa para vivir allí, igual que muchos años después se compró otra en Bruselas para vivir al lado del trabajo. Vivía los cargos a toda pastilla, igual que conducía su coche rojo a toda pastilla por las carreteras de la sierra y más de una vez tuvo algún disgusto por ello.
En el Senado revolucionó al grupo parlamentario y en las elecciones del 89 cambió de Cámara y fue elegida diputada. Muy bien relacionada con los jóvenes cachorros de AP, que en el año 90 se convirtieron en los principales colaboradores de José María Aznar cuando fue elegido presidente del PP, Loyola fue desde el principio una dirigente de confianza del nuevo líder.
Aunque su corazón político siempre latió al mismo ritmo que el de su gran amigo Rodrigo Rato. De la mano de quien era entonces el portavoz del Grupo Popular, Loyola se consolidó políticamente como una batalladora parlamentaria de primera clase contra el Gobierno de Felipe González. Si ella hubiera tenido que elegir un momento especialmente feliz de su carrera política, se habría quedado con aquella tenaz e implacable oposición que llevó a Alfonso Guerra a calificarla como la "monja alférez". La imagen nunca hizo justicia a esta mujer. Naturalmente que era una persona católica, pero nunca perteneció al Opus, como se dijo.
"¿Cómo voy a ser del Opus si me llamo Loyola?". Y sus colaboradores, que los tuvo no sólo de derechas sino también de otras tendencias políticas, puedan dar fe que también fue siempre una persona profundamente respetuosa con la vida de los demás. De hecho en su numerosa familia hay de todo y por su orden. Ella misma tenía una tendencia a la aventura que no se podía ver a través de sus clásicos trajes de chaqueta y de sus zapatos para andar cómoda.
Aunque cuando pasó al primer plano de la política, tanto sus hermanas como sus amigas le recomendaron cuidar eso que se llama 'look', Loyola despreció esas banalidades hasta el último día de su vida. Iba a la peluquería cuando no le quedaba más remedio y prácticamente nunca se maquillaba si no era por necesidades del guión.
Revolución en Agricultura Tampoco se callaba nunca y además hablaba muy claro. Demasiado para el gusto de algunos de sus jefes políticos. Cuando el PP ganó las elecciones del 96, Aznar la nombró ministra de Agricultura y con ella llegó la revolución al Ministerio. Los dirigentes de las organizaciones agrarias esperaban a una mujer dura y facha, intratable, pero pronto se dieron cuenta de que la imagen no se correspondía con la realidad. Desde el Ministerio, defendió a capa y espada los intereses del aceite de oliva español batallando con el comisario Fischler, quien expresó su admiración por ella. Desde que el aceite de oliva les unió, nunca olvidó mandarle un ramo de flores por su cumpleaños. Se las tuvo tiesas asimismo con los italianos.
El aceite de oliva italiano, decía, es lo más parecido a lubricar motores de automóviles, pero qué bien lo venden los condenados. Los sacan a la venta en esos preciosos envases transparentes para que veamos una ramita de lo que sea en su interior. Y va la gente y pica. Como ministra, Loyola se encargó de que toda Europa conociera las virtudes del aceite de oliva español.
En 1999, debido a su exitosa gestión al frente de la cartera de Agricultura, Aznar decidió presentarla como cabeza de lista del PP a las elecciones europeas, lo que a ella le hizo poca gracia, aunque aceptó disciplinadamente. La lista que encabezaba ganó las elecciones y entonces comenzó su carrera política europea, que la llevó al Consejo como vicepresidenta y comisaria de Transportes y Energía. También en Bruselas alucinaron con su vitalidad y su capacidad para presentar proyectos e ideas sin parar.
Los miembros de la comisión son testigos de la pasión con la que defendía sus posiciones. Pedro Solbes, su compañero de fatigas en esa época, puede dar testimonio de que Loyola llevaba todos los días a la mesa de la comisión su máxima política y personal: "La única batalla que no se gana es la que no se da".
Tal y como dijo Ana Pastor tras su muerte, Loyola de Palacio fue la mujer política española que llegó a un puesto más alto en las instituciones europeas. Varias publicaciones internacionales la incluyeron repetidamente en las listas de las mujeres más influyentes del mundo. En 2004 acabó su mandato y también el tiempo glorioso del PP en el poder.
'Sabes que no eras mi candidato': Loyola de Palacio siempre fue una mujer de partido. Nunca quiso desvincularse de la dirección, ni de las vicisitudes del PP, que seguía atentamente desde Bruselas. Durante la larga y espinosa carrera por la sucesión de José María Aznar, EL MUNDO la incluyó en la encuesta del Hipódromo que periódicamente se publicaba en estas páginas. Sinceramente, y no como otros, ella reconocía que le hacía ilusión figurar en esa lista. También a diferencia de muchos de sus compañeros de partido, decía lo que pensaba en voz alta, cosa que no la beneficiaba de cara al aparato del PP.
Por atreverse, se atrevió a lo que nadie. En la primera reunión del Comité Ejecutivo del partido tras la designación de Rajoy como líder, Loyola le dijo. "Sabes que no eras mi candidato, pero a partir de hoy me pongo a tus órdenes". La situación interna del PP tras la derrota del 14-M preocupaba a Loyola en sus últimos meses de vida. Por decirlo claramente, ni ella ni sus muchos amigos comprendían por qué la nueva dirección había prescindido de su experiencia.
Suele pasar en España que cuando alguien se muere, sólo se exaltan sus virtudes. Loyola también tenía defectos. Era terca como la que más. Pero ante todo era amiga de sus amigos y, sobre todo era una buena persona. Se ha ido tan rápido como se iba de las ferias y de los mítines, andando deprisa con pasos largos.
Seguramente, allá donde vaya seguirá andando igual de deprisa. Sus amigos la seguirán un poco más despacio y la acompañarán hasta el panteón familiar donde están enterrados sus padres cerca de la casa de Marquina, el lugar donde fue más feliz. Fiel a su máxima, libró también esta última batalla contra el cáncer, aunque no la ganó. En cinco meses apenas le dio tiempo a combatir. Descansa en paz, Loyola.
--------------------------------------------------------------------------------Loyola de Palacio del Valle-Lersundi nació el 16 de septiembre de 1950 en Madrid, donde falleció el miércoles 13 de diciembre.
11 diciembre 2008
Centro de Día Municipal Especializado en Alzheimer Loyola de Palacio
- Transporte más próximo
Metro: L3 (San Fermín-Orcasur)
Bus: 123 , 78
- Equipamiento / Servicios
Transporte adaptado - Comedor - Cafetería - Gimnasio
Servicio médico - Enfermería - Fisioterapia - Enfermería - Psicoestimulación - Rehabilitación - Psicólogo - Trabajador Social - Terapia ocupacional - Actividades socioculturales
- Naturaleza Centro
Público * Municipal * Ayuntamiento de Madrid * Área de Gobierno de Familia y Servicios Sociales - Condiciones de Acceso
A través de los Centros de Servicios Sociales
Información Complementaria:
Tipología: Alzheimer u otras demencias
10 diciembre 2008
El homenaje del Ayuntamiento de Madrid: Centro Municipal de Mayores Loyola de Palacio
- Horario
De lunes a viernes de 9 a 14 y de 16 a 20,30 horas
Sábados de 10 a 14 y de 16 a 20,30 horas
- Transporte más próximo
Metro: L3 (San Fermín-Orcasur)
Bus: 123 , 78
- Equipamiento / Servicios
Biblioteca - Comedor - Cafetería - Peluqueria - Podología - Naturaleza Centro
Público * Municipal * Ayuntamiento de Madrid * Area de Gobierno de Familia y Servicios Sociales - Condiciones de Acceso
Inscripción en el propio Centro
Información Complementaria:
Condiciones de Admisión: Mayor de 65 años o pensionista mayor de 60, su cónyuge o pareja de hecho, que figuren empadronados en el distrito en el que se ubica el Centro
Documentación:
- Solicitud de la Tarjeta madridmayor.es (Se puede solicitar en el mismo Centro)
- 2 fotografías
- Fotocopia del D.N.I
09 diciembre 2008
Ciudad Real, hoy
Y yo reclamo volver a la política que hacía Loyola de Palacio. Es básica y necesaria. Hay que volver a pisar fuerte y a hablar claro.
Antonio Lucas-Torres —Secretario provincial del Partido Popular—
leer más- fuente- enlace-
Archivo -diciembre de 2006
Adiós a Loyola de Palacio. elcorreodigital.com
Numerosas personalidades de la política nacional y europea se reunieron ayer en la catedral madrileña de la Almudena para despedir a la ex ministra de ...08 diciembre 2008
Tributo a las ideas visionarias de Loyola de Palacio en la UE
Bruselas, 8 dic (EFECOM).- La Unión Europea inauguró hoy su programa de gestión del tráfico aéreo, SESAR (Single European Sky ATM Research Programme), dotado con 2.100 millones de euros, llamado a reducir las congestiones y el impacto medioambiental.
La Comisión Europea informó en un comunicado de que 15 compañías europeas están preparadas para sumarse al programa.
"Estoy especialmente contento de que rindamos tributo a las ideas visionarias de Loyola de Palacio -ex comisaria de Transportes que fue impulsora del proyecto- que dan su fruto hoy", destacó en un comunicado el actual responsable de la cartera en la CE, Antonio Tajani.
"Este es uno de los programas de investigación y desarrollo más complejos jamás lanzados por la Comisión Europea", aseguró Tajani.
SESAR tendrá un impacto positivo en las actividades cotidianas de pasajeros, controladores aéreos y ciudadanos, ya que entre sus objetivos figuran reducir los retrasos, el consumo de combustible, mejorar la eficiencia, ahorrar tiempo y aumentar la capacidad de los aeropuertos, añadió.
La ceremonia de inauguración estuvo presidida por el ministro francés de Transportes, Dominique Bussereau, cuyo país ejerce la Presidencia de turno de la UE este semestre.
Participaron también el comisario Tajani, el director general de Eurocontrol, David McMillan, y representantes del sector europeo de transporte aéreo. EFECOM mrn/rcf/lgo
Aquellos días
Puede ser una de las sorpresas de la Convención económica que el PP celebrará hasta el viernes: la asistencia a la clausura de Loyola de Palacio, quien, al parecer, se encuentra bastante recuperada de la enfermedad por la que está siendo tratada en Estados Unidos.
A esta Convención, dirigida por Miguel Arias Cañete, asistirá un buen número de empresarios, naturalmente, pero también habrá una representación sindical con la presencia, confirmada, del dirigente de CCOO José María Fidalgo.
07 diciembre 2008
06 diciembre 2008
El escándalo del lino. Los verdaderos culpables. Daño irreparable a Loyola de Palacio
Un libro homenajeará a De Palacio destapando la trama en su contra |
A.I.M. |
Un cáncer se llevó a la ex ministra de Agricultura antes de que la Justicia limpiara su nombre. Ahora un veterano popular pone nombres a los culpables de la "cacería". Entre ellos, Bono. |
6 de diciembre de 2008 | ||||
Amarga porque su carrera política se vio enturbiada por el denominado Caso del lino, la supuesta obtención indebida de subvenciones de la Unión Europea para este cultivo en Castilla-La Mancha, Aragón, Castilla y León y Extremadura durante su etapa como ministra de Agricultura. Los populares siempre han estado convencidos de que los socialistas se la tenían jurada a De Palacio a cuenta de su feroz denuncia contra el Gobierno de Felipe González y crímenes del GAL, y quisieron devolvérsela a lo grande, con José Bono y Baltasar Garzón como actores principales. Aunque la Justicia diera la razón a la carismática mujer que fue la primera vicepresidenta de la Unión Española, algunos de sus compañeros no olvidan aquella "cacería". Entre ellos está el ex diputado Jaime Ignacio del Burgo, que ha querido rendirle un sentido homenaje en el próximo libro que publicará dentro de unos meses, El escándalo del lino. Los verdaderos culpables. "Nunca le pidieron perdón, ni a ella ni a Carlos Moro", según Del Burgo. Moro, quien fuera delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha por aquella época, también falleció de cáncer antes de conocer la sentencia. publicado en el semanal digital |