jueves, diciembre 14, 2006
Loyola: la mejor presidenta que no fue
Cuando los españoles nos entreteníamos apostando por quién sería el sucesor de Aznar yo votaba por Loyola de Palacio, aunque obviamente sabía que no iba ser la elegida.
Loyola caía bien y era consistente en términos políticos. Era valiente y no creo que se hubiese mostrado dubitativa con las cosas que están teniendo lugar en España. Probablemente, habida cuenta de lo ocurrido en aquellos desgraciados días.
Sin embargo hubiésemos contado con una gran líder capaz de arrastrar a esas capas sociales de la izquierda que están tan estupefactas ante el zapaterismo como lo está lo que solemos referir como centro-derecha. Y creo que lo hubiese podido conseguir sin pretender pasar por lo que no era y sin dar la sensación de estar dando bandazos para intentar agradar a todo el mundo, algo que es metafísicamente imposible.
Ayer se fue alguien que rindió grandes servicios a España y fue un ejemplo para muchos, especialmente para las mujeres que odian ese machismo disfrazado que son las cuotas y que aspiran a demostrar su valía sin que un falso caballero les ceda el paso para mirarles el culo a gusto.
Ayer se fue alguien, además, que pudo haber rendido servicios aún mayores desde la presidencia del Gobierno de España. Si los partidos españoles fueran más democráticos y menos dados a la dictadura de su aparato burocrático, Loyola de Palacio hubiesae tenido grandes posibilidades de ganar unas elecciones primarias a la americana, por ejemplo.
Ya nunca lo sabremos. Desgraciadamente ayer se fue la mejor presidenta que no tuvimos.
Descanse en paz.