15 agosto 2007

LO QUE LA CARACTERIZABA A PRIMERA VISTA


Llevaba casi siempre los mismos pendientes, unos aros, una gargantilla doble gruesa de oro, una sortija de oro con una piedra negra y un reloj Rolex de acero y oro de tamaño pequeño.

Eso era todo lo que llevaba de adornos en su sobriedad. Tampoco necesitaba nada más en su grandeza como persona, tenía otros adornos que eran más importantes: bondad, inteligencia, fuerza, cariño por los suyos, optimismo, alegría por la vida, ..... y una valentía admirable que se veía en su mirada, una mirada clara, limpia y transparente, una de esas miradas que no son frecuentes y que con su sonrisa llenaban todo el espacio.

¡cómo te echamos de menos!