«Vivir feliz y dejar el mundo mejor de lo que lo encontró». Ésta era la máxima de Loyola de Palacio, según alguien que la conocía bien: su hermano mayor. Luis María de Palacio se refería así a su hermana durante la inauguración oficial de un nuevo centro de día de atención a personas mayores y enfermos de Alzheimer, que llevará su nombre y que empezará a funcionar en el distrito de Usera a partir del próximo 3 de septiembre.
«Mi hermana fue una gran mujer, que nunca tuvo enemigos, ni en política -que tuvo adversarios-, ni de otro tipo», añadió, y que «amaba a España sobre el resto de las cosas, menos su familia», dijo Luis María de Palacio. A este acto de inauguración acudieron también Itziar de Palacio, hermana de la fallecida, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón y la delegada de Familia y Servicios Sociales, Concepción Dancausa, que aprovecharon la ocasión para ensalzar la figura política y humana de la homenajeada.
Fallecida a finales del pasado año víctima de un cáncer de pulmón -enfermedad que ya se llevó a su madre cuando tenía 22 años-, desempeñó cargos en numerosas instituciones, incluidos el Ministerio de Agricultura y la Comisión Europea, donde fue la primera mujer en ocupar la vicepresidencia, entre 1999 y 2004.
Según Gallardón, el nuevo Centro Integrado Loyola de Palacio cumple dos compromisos. Por un lado dota a Usera de un equipamiento social para satisfacer las necesidades de los mayores. Por otro, rinde homenaje a «una extraordinaria madrileña que fue pionera de la presencia de la mujer en la vida pública».
El espacio, ubicado en la calle Silvina del distrito de Usera, incluye un Centro de Servicios Sociales, un Centro Municipal de Mayores -que se suma a los seis ya existentes en Usera- y el primer Centro de Día de titularidad municipal del distrito especializado en atención socio sanitaria a enfermos de Alzheimer y otras patologías.
Gallardón aseguró sentirse afortunado por haber podido conocer a Loyola de Palacio. «Desde que apenas teníamos los dos 16 años, antes incluso de que hubiese democracia en España, ya luchábamos por construir un centro político que nos llevase a ese espacio de concordia y de encuentro en el que después pudimos convocar a la mayoría de españoles», aseguró. Según el alcalde, amar a España y servirla como lo hizo Loyola de Palacio es lo que más y mejor puede justificar una vida pública.
Gallardón no tuvo reparo en subrayar los valores personales y profesionales de Loyola de Palacio, que «guardan relación con aquello que esta ciudad quiere consagrar como señas de identidad propias: iniciativa, trabajo, rigor, tolerancia y capacidad de entendimiento por encima de las diferencias ideológicas», aseguró.
Al margen de cualquier otra consideración, añadió, Loyola fue «la viva imagen de la cordialidad, que es el principio más importante que queremos cultivar en la vida pública madrileña, donde son los propios ciudadanos quienes se encargan de desterrar, con su convivencia, cualquier posible actitud de sectarismo, incomprensión o desmemoria».
Una política «excepcional»
En su intervención, Concepción Dancausa se sumó a los elogios y aseguró que Loyola de Palacio fue una política «excepcional» y una mujer con un «enorme corazón», que se merece un homenaje como el que el Ayuntamiento de Madrid ha querido tributarle al bautizar un centro integrado con su nombre.
La decisión de poner el nombre de Loyola de Palacio a dicho centro fue debatida primero en el Pleno del Distrito de Usera y después en el del Ayuntamiento. Este último, ha invertido 5,7 millones de euros en construir estas nuevas instalaciones, de los que 3,3 se han destinado a su edificación y equipamiento, y 2,4 a la adjudicación de su gestión hasta el año 2011 a la Fundación Tomillo-Villaverde.
