Además de una política de raza, que siempre ejerció su profesión como un servicio a la sociedad, Loyola tenía una serie de aficiones a las que se entregaba con pasión. Era una verdadera atleta. Y también una gran pintora. En la fotografía aparece haciendo senderismo por el río Umia en el verano de
Sevilla, 15 de enero de 2009