"La única batalla que se pierde es la que no se da". La máxima es asidua en las entrevistas realizadas a Loyola de Palacio.La ex ministra y ex comisaria europea la ha mencionado siempre como mandamiento inquebrantable sobre el que se ha forjado su carácter. Y ese espíritu peleón es también el arma a la que se ha agarrado ahora para plantarle cara al cáncer con el que brega en Houston.
Definida como una mujer inteligente, implacable y rápida de reflejos en el terreno político, quienes han estado codo a codo con ella subrayan su infinita capacidad de trabajo y su ritmo frenético, así como su gran humanidad y optimismo. Es de las que estrujan los segundos. Una anécdota que lo ilustra: montó en cólera cuando, estando al frente del Ministerio de Agricultura, sus compañeros le regalaron un tamagochi para que se entretuviera en el verano. « ¡Me sentó como tres patadas! ¡En la vida no se puede perder el tiempo en cosas tan estúpidas como ésta!».
Es la española que más alto ha estado en Europa al ser nombrada en 1999 vicepresidenta de la Comisión y comisaria de Transportes y Energía. Hasta allí llegó también a buen paso, subiendo escalones de tres en tres. Fundadora en 1977 de las juventudes de Alianza Popular que ella bautizó como Nuevas Generaciones, senadora por Segovia, diputada por Segovia, ministra de Agricultura...
Destaca su forma de ser, entrañable, amiga de sus amigos, inteligente, brillante y luchadora. Los que la conocen de verdad la adoran.
Loyola de Palacio tiene, aún muchas batallas que dar y mucho que decir en la vida política española, por todo ello, deseamos una pronta recuperación y le damos todo nuestro ánimo y cariño. ¡España está contigo! y ... te queremos.
Fuente: El Mundo -