15 marzo 2006

La Europa del futuro


Loyola de Palacio trabaja en una “alianza de civilizaciones”, pero REAL, basada en el Transporte: 45 mil millones de euros para unir 51 países.

El proyecto aspira a establecer cinco grandes ejes de transporte entre 51 países: los miembros de la Unión Europea, 26 países vecinos y Bulgaria y Rumania –que se incorporarán a la Europa de los 25 en 2007-. Su objetivo es el de agilizar el transporte de mercancías entre sus participantes, simplificando los trámites en las aduanas y adaptando los tejidos de transporte, como los ferrocarriles, para que sean compatibles con las necesidades de los países.

Fuentes conocedoras de este proyecto explicaron que la clave de su éxito radica en que los países participantes no sólo mejorarán sus relaciones con el mercado de la Unión Europea, sino también el comercio bilateral con sus vecinos más directos.

Según señalaron esas fuentes, las medidas concretas que contempla el proyecto son “baratas y sencillas”, ya que algunas son tan básicas como establecer una lengua de común entendimiento en las aduanas. Así, por ejemplo, el proyecto exigirá que la documentación necesaria para atravesar las aduanas esté escrita en una lengua que pueda ser comprendida por todos los implicados, como por ejemplo el inglés.

Además, se pretende simplificar el proceso de transmisión de datos mediante un sistema electrónico que se quiere implantar antes de 2008, y establecer unos horarios comunes para operar con los transportes de mercancías.
Gracias a esas medidas, explican fuentes comunitarias, se logrará agilizar los despachos de las aduanas, de forma que un trámite, como el necesario para transportar una mercancía de Varsovia a Moscú, que en la actualidad tarda entre 15 y 20 días, pueda ser resuelto entre 3 y 5 jornadas.

El Plan de Redes de Transporte Pan-Euromediterráneo cuenta con un presupuesto total de 45 mil millones de euros, que serán invertidos hasta 2020, fecha en la que se completará este proyecto que se compone de dos fases. La primera de esas etapas contempla objetivos a corto plazo y finalizará en 2010.

Además del apoyo de los países implicados, la creación de esa gran red cuenta con el respaldo de otras instituciones como el Banco Europeo de Inversiones, el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo y el Banco Mundial.

Los promotores del proyecto identifican cinco grandes ejes de transporte:

--Las llamadas autopistas de los mares que unirán el Báltico, el mar de Barents, el Atlántico, el Mediterráneo, el Mar Negro y el Caspio, con una extensión hacia el Mar Rojo a través del Canal de Suez.

--El eje norte, gracias al cual se conectará la Unión Europea con Noruega por el norte y con Rusia y Bielorrusia por el este.

--El eje central, que unirá el centro de la Unión Europea con Ucrania y el mar Negro y creará un canal subterráneo para conectar con el mar Caspio, Egipto y el mar Rojo. En este punto, también está previsto establecer otras conexiones hacia Asia central.

--El eje del sureste que enlazará la Unión Europea a través de los Balcanes y Turquía con el Cáucaso y el Caspio, así como con Egipto y el mar Rojo.

--El eje del sur y suroeste que pretende la conexión del sur oeste de la Unión Europea con Suiza y Marruecos. El Magreb también será conectado con una red que atravesará Marruecos, Argelia y Túnez.