Por atreverse, se atrevió a lo que nadie. En la primera reunión del Comité Ejecutivo del partido tras la designación de Rajoy como líder, Loyola le dijo. "Sabes que no eras mi candidato, pero a partir de hoy me pongo a tus órdenes". La situación interna del PP tras la derrota del 14-M preocupaba a Loyola en sus últimos meses de vida. Por decirlo claramente, ni ella ni sus muchos amigos comprendían por qué la nueva dirección había prescindido de su experiencia.
Suele pasar en España que cuando alguien se muere, sólo se exaltan sus virtudes. Loyola también tenía defectos. Era terca como la que más. Pero ante todo era amiga de sus amigos y, sobre todo era una buena persona.Seguramente, allá donde vaya seguirá andando igual de deprisa. Sus amigos la seguirán un poco más despacio.....
Lucía Méndez - El Mundo