16 marzo 2009

Archivo, entrevista en Época


25-MAR-01

En toda la historia política española, ninguna mujer había llegado más alto, al menos en la esfera internacional, que esta madrileña, de origen vasco. Con 47 años, y tras su paso por el Ministerio de Agricultura durante la primera Legislatura Aznar, se convirtió en la vicepresidenta de la Comisión Europea, responsable de Transportes, Energía y Relaciones con el Parlamento europeo. Su nombre suena entre los posibles sucesores de Aznar como candidatos del PP a La Moncloa, aunque considera que el actual debate resulta artificial y prematuro.

ADEMAS, las liberalizaciones de sectores como la electricidad y el transporte aéreo y ferroviario de una Europa sin fronteras, la han convertido en la comisaria más conocida del Gobierno de Bruselas, que preside Romano Prodi, y la que más relaciones mantiene con el tejido industrial europeo. Capaz de agotar a sus colaboradores más inmediatos, le ponen nerviosa las personas que no van a directamente al grano. Por ello, muchos creían que no se adaptaría al ritmo lento y burocrático de Bruselas. Parece que se equivocaron.

-Ante la próxima Cumbre de Estocolmo, los suecos afirman que Europa debe replantearse su sistema de pensiones y que los europeos deben trabajar más.

-En Europa tenemos un problema de natalidad y una pirámide demográfica muy inquietante. Y eso es algo sobre lo que los jefes de Gobierno deben reflexionar mucho. Por otra parte, la productividad europea tiene que mantenerse, sin que los avances sociales logrados en Europa se toquen, porque son irreversibles. Pero eso supone un componente tecnológico y otro laboral. Y creo que a lo que se refiere la ministra sueca es a introducir flexibilidad en la reducción de jornada. El concepto clave es el de "acuerdo voluntario" entre las partes, frente a la imposición legal.

-¿Va a usted a tomar parte activa en la campaña para las elecciones vascas del próximo 13 de mayo?

-No especialmente, pero desde luego algo haré, porque estamos hablando de unas elecciones por la libertad. Yo, lo que espero es que los vascos acudan a votar. Se trata de enfrentarse al terror y a las pretensiones de algunos que nos retrotraen en el túnel del tiempo hasta el nazismo. A ver si nos entendemos: el País Vasco es una anomalía en Europa. Una región de la UE donde quienes tienen que llevar escolta son los miembros de la oposición, mientras los miembros del Gobierno pueden pasearse tranquilamente... Eso es algo tan absolutamente inconcebible que merecería una reflexión por parte de aquellos que en su momento votaron a quien ahora tiene responsabilidades de gobierno en esta tierra, y que espero que ahora rectifiquen.

-¿Es posible un lehendakari no nacionalista?

-Es posible y es conveniente. Es la forma de que, de una vez por todas, se hagan los cambios necesarios que garanticen que todos, todos, independientemente de cómo piensen, puedan pasear por la calle sin la angustia de que les puedan matar.

-"Usted también se da de baja en la carrera por la sucesión de Aznar como candidato del PP a La Moncloa?

-Es que me parece una polémica muy artificial: prefiero no entrar en ello.

-Nadie obligaba a don Rodrigo Rato a decir lo que dijo.

-No creo que el debate lo haya creado una persona. Es que en España tenemos mucha afición al personalismo, casi diría al cotilleo.

-Como en todos los sitios.

-No, me temo que aquí algo más.

-De todas formas, el debate sobre la sucesión nace desde el momento en que Aznar afirma que se marcha en el 2004, pero se queda como presidente del partido.

-¿Y por qué no había de hacerlo?

-Porqué eso recuerda mucho a la bicefalia entre Joaquín Almunia y José Borrell

-No hagamos paralelismos fáciles. Mire usted: el presidente del Gobierno español lo ha está haciendo estupendamente bien, y desde Europa, con más perspectiva, eso se nota más que aquí. Segundo: el presidente Aznar ha tomado la libérrima decisión de no presentarse a una tercera Legislatura. Si la reconsidera, me parecería magnifico. Si no la reconsidera hay que valorar las ventajas de que los mandatos no se prolonguen indefinidamente. Pero es que estamos hablando de algo que va a ocurrir dentro de tres años.

-Se ha salido usted con la suya con la liberalización eléctrica. En el 2003, todas las empresas podrán escoger suministrador. En el 2005, los particulares.

-Así es. Es la liberalización 100 por 100 en toda la Unión Europea, pero también algo más: hemos aprobado un reglamento para lograr los intercambios transfronterizos. Sin ellos, tendremos quince mercados más o menos liberalizados, pero no un solo mercado integrado. Piense en la interconexión España, Francia o Reino Unido con el Continente, o Italia con Austria. Y será un mercado sin recargo para importadores o exportadores.

-Pues los franceses dicen que no es posible, que es muy poco tiempo.

-Si, eso dicen, pero nosotros creemos que todos los países pueden adaptarse en ese tiempo, incluida Francia. La liberalización va a suponer la posibilidad de que todo ciudadano pueda elegir suministrador, lo que no sólo supondrá bajada de tarifas, sino un sistema de acceso transparente a las redes, así como la separación entre el gestor de la red y el productor de electricidad, más un regulador que garantice que el acceso se produzca en igualdad de condiciones para todos los operadores, tanto en gas como en electricidad. Y todo ello con un sistema donde se fijan tarifas a priori, conocidas por todos.

"Liberalizar aunque sea sin privatizar"

-¿Es posible liberalizar el sector con empresas privatizadas, por ejemplo los monopolios franceses de electricidad y gas?

-Si, yo creo que es posible. Es verdad que la mayor parte de las veces, la liberalización suele ir acompañada de privatización. En cualquier caso, lo que habrá será competidores privados que intentarán entrar en el mercado francés. Todos los operadores van a competir en todos los mercados, porque lo que ninguna empresa, por mucha posición dominante que tenga en el momento presente, va a estar al abrigo de la competencia de las demás. Repare en la telefonía. En España había una situación de monopolio por parte de una empresa, que aún sigue manteniendo una posición hegemónica, pero que se ha visto obligada a competir con otros operadores. Y todos estamos contentos porque eso ha supuesto una rebaja de tarifas y un mejor servicio.

-Acláreme una cosa: el Tribunal de Justicia de Luxemburgo, ¿ha dado la razón a España en los costes de Transición a la Competencia o no?

-Es una sentencia muy importante, que tiene por objeto una ley alemana. Veamos: lo que dice la sentencia es que hay que hacer una interpretación restrictiva del artículo 87 del Tratado, en lo referente a las ayudas de Estado. Esa sentencia hay que estudiarla en la Comisión, no sólo a efectos de los CTC en el caso español. Es una cuestión que afecta a todos los países y a muchos sectores, como el transporte. En pocas palabras, considera el Tribunal que no se puede hablar de ayudas de Estado cuando las empresas reciben un ingreso de sus clientes.

-¿El modelo español de CTC es parecido al del resto de los países?

-Mucho. En calidad y cantidad. Por ejemplo, en el Reino Unido se pagaron a las compañías eléctricas compensaciones que casi triplicaron, en cifras absolutas, las que se pagan a los españoles. Y las formulas que plantean italianos y austriacos se parecen mucho a las presentadas por el Gobierno español.

-¿A la comisaria de Energía le ha gustado el papel del Gobierno español en la "desfusión" Endesa-Iberdrola?

-Desde el punto de vista europeo, lo único que puedo decir es que todas las eléctricas europeas están buscando alianzas, entre compañías de un mismo país o internacionales, para conseguir un sector de dimensiones europeas y no de dimensión nacional. Simplemente, hemos cambiado el mercado y deben cambiar las empresas.

-En el entretanto, las empresas europeas pueden comprar eléctricas españolas, pero éstas no pueden entrar en Europa. Los españoles, ¿no estamos haciendo el tonto por pretender caminar más deprisa en la liberalización de algunos sectores clave?

-Hay un país, Reino Unido, que ha ido más deprisa que España. Mire, es lógico que haya una reestructuración de los mercados en toda Europa. Además, Endesa e Iberdrola tienen una gran presencia exterior en la América hispana. España es un país con capacidad de competir, que no tiene por qué tener miedo. España está haciendo una apuesta europea muy fuerte y los resultados globales son muy positivos gracias a la liberalización. Crecemos por encima de la media europea, y las medidas de liberalización que ha puesto en marcha el Gobierno español deben continuar. Por el momento, ya han provocado más empleos y menor inflación, además de una gran imagen en Europa.

-De acuerdo, pero a Bruselas ¿le gustaba o no le gustaba que Endesa e Iberdrola se fusionaran?

-Bruselas comprende que las empresas adopten posiciones de compromiso, porque estamos en una situación de transición desde un mercado único a otro europeo. Las transiciones siempre son difíciles. Todo el mundo intenta mantener lo suyo

-Hablemos de hidrocarburos. ¿Cree usted que las petroleras españolas, durante el pasado ejercicio, han realizado todo el esfuerzo posible para que no subieran los precios?

-El beneficio de las petroleras españolas durante el 2000 procede, principalmente, de la actividad de producción, pero en otros momentos han vivido situaciones diferentes.

-Ellos dicen que han perdido dinero en distribución, y que, sin embargo, la gente les insulta.

-Esas cuentas me las han enseñado, no sólo las compañías españolas, sino las de toda Europa, y las críticas que han recibido de muchos segmentos de la sociedad no me parecen injustas. Estas compañías no trabajan para hacer obras de caridad, sino para obtener beneficio, y no les ha ido mal durante el pasado año. Sus quejas, con perdón, yo no las acepto. Dicho esto, es verdad que el margen, tanto en comercialización como, incluso, en algunos productos de refino, se ha reducido. Pero hay que ir más allá en el análisis de las petroleras. El problema es el precio del petróleo y los tremendos problemas que originan sus bruscas oscilaciones, y que muestran lo vulnerable que es la economía española a la evolución de los precios de los carburantes. Lo que estamos haciendo en la Comisión es mantener un diálogo con la OPEP, para conseguir una mayor estabilidad en el mercado del petróleo. El precio razonable del crudo se sitúa entre los 20 y los 25 dólares.

-¿Y por qué tendría que parecerles razonable ese precio?

-Porque ellos saben que, a partir de los 28 dólares, les perjudica la subida, porque a ese precio se convierten en rentables una serie de pozos que ahora están cerrados, y podrían toparse con excedentes. Ahora mismo, la OPEP considera que 25 dólares es un precio aceptable. Para nosotros, los europeos, consumidores, nos parece mejor todo lo que se aproxime a los 20 dólares.

Alternativas al petróleo

-Desde Bruselas se perciben razones políticas detrás de la dureza de algunos países productores.

-Pues las amenazas y los gestos de algunos países, como Irak, no ayudan mucho. Pero lo cierto es que la estabilidad de precios beneficia tanto a productores como a consumidores. Por ejemplo, energías alternativas como el carbón o la nuclear, a determinados precios del crudo empiezan a resultar rentables.

-¿Bruselas se preocupa de encontrar alternativas al petróleo?

-Todas las investigaciones apuntan, también por razones medioambientales, al hidrógeno como combustible alternativo a gasolinas y gasóleos. Los motores de pilas de combustible o la combustión de hidrógeno son prometedores.

-Lo que no ha conseguido es el "Cielo Unico Europeo", proyecto bastante retrasado.

-No, retrasado no, está parado. Todas las vías de apertura del sector aéreo están paralizadas en el Consejo de Ministros por el contencioso de Gibraltar entre Gran Bretaña y España. Es urgente que el Consejo de Ministros tome una decisión. Esa cuestión no puede seguir bloqueada.

-Pues no parece que el proyecto de autodeterminación de Gibraltar ayude mucho.

-En eso no puedo entrar. Pero sí recordar que el sector aéreo es crucial para la economía europea.

-¿Qué opinión le merece el modelo seguido para la privatización de Iberia?

-Me parece muy positivo que se haya desbloqueado la situación. Iberia es una de las grandes compañías europeas. Además, el sector del transporte aéreo europeo también está llamado a un proceso de alianzas.

-¿Alianzas o fusiones?

-Es que el sector aéreo tiene una serie de rasgos que aconseja ir por etapas.

-Pues en Estados Unidos viven un proceso acelerado de fusiones.

-Sí y no digo que en Europa no se puedan o no se deban producir fusiones. Pero tenga en cuenta que, en Europa, los acuerdos sobre cielos abiertos entre algunos países de la Unión y Estados Unidos, limitan las posibilidades de fusión de algunas empresas europeas porque supondrían pérdidas de derechos en esos acuerdos bilaterales. En este sentido, la Comisión ha recurrido esos acuerdos bilaterales, y espero que el Tribunal de Luxemburgo diga que son contrarios al Tratado de la Unión y que lo que hay que hacer es negociar un acuerdo global entre Europa y Estados Unidos.

-¿Cuándo podré comprar un billete de tren entre Madrid y París y elegir entre dos ofertas distintas?

-Por de pronto, ya hemos creado, y estoy muy orgullosa de ello, una red transeuropea de ferrocarril, que en el 2008 integrará a todas las líneas férreas europeas. Es decir, una sola red en la que podrán prestar servicios todos los operadores. Antes de fin de año, voy a presentar una directiva por la que, en esa red europea, se podrá competir, no sólo por el mercado de mercancías, sino también por el de pasajeros, además de otras normas para reglamentar la seguridad en el transporte ferroviario, además de las normas de interoperabilidad de todas las redes actuales. Y eso no tiene que ver con el hecho de si se privatizan las compañías o no.

-¿Es posible crear mercados integrados sin homologación fiscal en la UE?

-Es posible. La verdad es que, aun sin homologación fiscal, hay ya cierta aproximación fiscal entre los miembros de la Unión. Sin esa aproximación, las tensiones serían muy fuertes.