Me ha parecido oportuno, en estos momentos en que la profesión política no parece gozar del mayor prestigio, abrir un espacio en este blog para resaltar la figura de Loyola de Palacio, una mujer con una dedicación ejemplar a la tarea política y un auténtico icono para toda una generación. La actuación de Loyola, en los distintos cargos que ocupó en la Administración con la que a mí y a mi equipo nos tocó lidiar, es sencillamente magnífica desde muchos puntos de vista. La capacidad de diálogo que mostró en los encuentros que mantuvimos, resulta todo un ejemplo de bien hacer y de apertura de mente.
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