en sólo una década muchos fueron los responsables de diferentes gobiernos que sonrieron mostrando su incredulidad por la desproporción de unos objetivos que entonces se antojaban absolutamente inalcanzables.
El año 2000 había concluido en España con 4.295 muertes contabilizadas hasta 24 horas después de los accidentes y, al menos en nuestro país, todos tenían la sensación de que la cifra era algo así como el fúnebre peaje de la movilidad.
Este 2009 que hoy toca a su fin terminará con poco más de 1.900 fallecidos sobre el asfalto, un 62% menos un año antes del plazo.
enlace a fuente - La Vanguardia