Algunos de los escribieron aquellas páginas en el palacio de congresos de Santiago ya no están. Falta Cuíña, que ni siquiera se dejó ver por aquel cónclave, como faltan también Fraga y Loyola de Palacio, que tuvo un protagonismo especial en la entronización política de Feijoo, pues le espetó a la cara que para alguna gente resultaba «un poco chulo», como llegó a revelar Feijoo sobre el escenario.
El presidente del PPdeG
cayó varias veces en la tentación de mostrar aquel congreso de la
sucesión como unas elecciones primarias, argumento que siempre blandió
como una especie de placaje ante los adversarios de la izquierda que
acusaban al PP de limitarse a practicar el dedazo. Pero no fueron unas
primarias, ni siquiera se parecieron. El de enero del 2006 fue un
congreso en el que participaron casi 2.400 compromisarios en
representación de los 96.000 militantes que el partido sumaba entonces
en Galicia.